La reducción de la jornada laboral en el estado español sigue generando debate a medida que la votación en el Congreso de esta reforma, que aún no tiene completamente asegurados todos los apoyos, se aproxima. En el último movimiento, una delegación de Cecot, encabezada por su presidente Xavier Panés, se ha reunido este miércoles con Carles Puigdemont en Bruselas para instar a los de Junts a rechazar la reducción de la jornada. De esta manera, Cecot reclama que “se vuelva al marco del diálogo social y las mesas de negociación colectiva”, haciendo referencia a las diferencias que la patronal ha tenido en este sentido con la ministra de Trabajo Yolanda Díaz.
En el encuentro con el líder de Junts, la patronal ha transmitido a Puigdemont la preocupación que existe con la caída de la productividad comparada con la de otros países europeos, la sobrecarga de la burocracia, la competitividad fiscal que tienen las empresas o el incremento del absentismo laboral, además del impacto que la aplicación de medidas como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas pueden tener. Así, desde Cecot han compartido sus principales ejes de trabajo con Puigdemont, como pueden ser la mejora de la competitividad fiscal en Cataluña, el apoyo a una transición energética efectiva, la financiación de Cataluña y el fortalecimiento del sector industrial.

Junts está «más cerca del no»
Por parte de Junts, la aprobación de la reducción de la jornada sigue estudiándose. La semana anterior, el secretario general del partido, Jordi Turull, anunció que las negociaciones con el gobierno español sobre la reducción habían comenzado, tal como había solicitado el ejecutivo español, aunque Turull ha explicado que “están más cerca del no que de validar la ley”. Así, el secretario general de Junts reiteró la oposición del partido a una ley que ven como “un tiro en el pie” de la negociación colectiva, hecha “sin calcular sus efectos”. Turull también ha destacado que la aplicación de esta reforma será más difícil de aplicar en las pequeñas y medianas empresas, generando “más perjuicios que beneficios”, mientras desde la patronal se muestra la “frontal oposición” a la norma.
Además, para Junts esta ley “destroza el sentido de la negociación colectiva” y puede acabar destruyendo muchos puestos de trabajo en las empresas que no la puedan aplicar. Ante esta oposición, desde el gobierno español se ha pedido al partido catalán sentarse con ellos en la mesa de negociación para encontrar un punto de acuerdo.