Junts continúa alineado con las posturas empresariales respecto a la propuesta de ley para reducir la jornada laboral en el Estado. En línea con sus recientes alertas, que situaban a la formación lejos de las posturas del ministerio de Trabajo y Economía Social, el secretario general Jordi Turull ha asegurado que «están más cerca del no que de validar la ley». El partido del presidente en el exilio Carles Puigdemont habría iniciado conversaciones con el gobierno español para explorar su posible apoyo a la medida, aunque sostiene que las posiciones aún son lejanas. De acuerdo con la lectura que hacen las principales patronales catalanas y españolas, Turull ha calificado de «un tiro en el pie de la negociación colectiva» la reforma. Lo ha hecho tras una reunión con el presidente de la patronal egarense Cecot, Xavier Panés, que se ha pronunciado a menudo contra la semana de 37,5 horas; un encuentro que Turull ha apreciado como «provechoso».
El secretario general de Junts, en este sentido, ha acusado al gobierno español de «destrozar el sentido de la negociación colectiva» con esta reforma; en tanto que, a su parecer, sobrepone los cambios al Estatuto de los Trabajadores a aquellos que puedan partir de pactos entre trabajadores y empresarios -una postura que, entre otras, también defendió recientemente Foment del Treball, en el marco de la presentación de su informe del mercado laboral-. Así, Turull ha insistido en la hoja de ruta de su formación, que contempla «no trabajar menos, sino trabajar lo mismo con mejores sueldos». La posición de Junts se materializaría en un salario mínimo catalán que marcase la referencia de los montos que deberían abonar los empresarios del país, con una cifra más elevada que la del Estado español, de acuerdo con la diferencia en el coste de la vida. Esta posición habría forzado al gobierno español a pedir activar las conversaciones entre las partes; que, por ahora, no parecen fructificar.

Efectos sobre la negociación colectiva
El informe laboral de Foment del Treball, publicado el pasado martes, alertaba que la propuesta de reducir la jornada laboral ya está generando agravios en el mundo empresarial. Tras un 2024 especialmente provechoso en cuanto a la negociación colectiva, el responsable del mercado laboral de la organización, Javier Ibars, «ha frenado la negociación de convenios colectivos» en los últimos meses. Ibars alertaba que las partes empresariales permanecían a la espera de la entrada en vigor de la regulación para «aplicar los cambios» necesarios antes de iniciar las conversaciones con los representantes del mundo del trabajo. Además, dado que la jornada laboral desaparece de la mesa como factor de negociación en la mayoría de convenios sectoriales, los patrones auguran un «aumento de la conflictividad laboral» en los próximos años, tras varios cursos en mínimos a partir de la pandemia y la entrada en vigor de la reforma laboral.