Las tasas de baja natalidad y el envejecimiento de la población suponen varios retos demográficos para el conjunto del Estado, entre los cuales se encuentra la evolución de la fuerza de trabajo. Según el informe “Perspectivas de Empleo de la OCDE” publicado este miércoles, el estado español será el país dentro de la OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) donde más caerá la tasa de empleo debido al envejecimiento de la población. Concretamente, el censo en edad de trabajar del estado español se reducirá un 30% de cara a 2060, lo que provocará que la tasa de empleo en España se reduzca un 10,3% respecto a los niveles actuales. Esta caída está muy por encima del 2% que se estima para el conjunto de países que conforman la OCDE.
Desde el estudio se apunta que este descenso en el empleo será una consecuencia de la baja tasa de fecundidad, sumada a la elevada esperanza de vida en el estado español en comparación con la mayoría de países de la OCDE. De esta manera, la ratio de personas mayores de 65 años respecto al número de personas en edad de trabajar se incrementará «considerablemente», pasando de 0,34 en el año 2023 a 0,75 en 2060.
Este cambio demográfico generaría “consecuencias importantes” para el crecimiento económico del Estado. Por eso, desde la OCDE se apunta a alargar la edad de jubilación, además de “movilizar recursos laborales sin aprovechar”, lo que también implicaría la reducción de la brecha de género con la incorporación de más mujeres a la fuerza de trabajo, así como otras medidas como promover la migración regular o activar a los trabajadores más mayores en buen estado de salud. De esta manera se podría impulsar el crecimiento anual del PIB per cápita hasta el 0,73%; una cifra inferior a la prevista para el conjunto de la OCDE de 0,9% por la necesidad del estado español de mejorar su productividad.

Brecha generacional en los ingresos
Por otro lado, el informe con las perspectivas de la OCDE también se fija en las diferencias en el crecimiento de ingresos entre las generaciones.
De esta manera, los datos apuntan que las personas de entre 55 y 64 años del Estado han experimentado un aumento de los ingresos más rápido que los jóvenes de entre 25 y 34 años. En 1995, la renta disponible equivalente de los jóvenes era un 1,3% superior a la del grupo de mayor edad. Esta tendencia, sin embargo, se invirtió, y los últimos datos del año 2022 apuntan que las personas de entre 55 y 64 años tenían unos ingresos un 5,6% superiores a los jóvenes.
Ante los «retos económicos y sociales» derivados del envejecimiento de la población, la organización plantea alargar la jubilación para aliviar la carga sobre los jóvenes, quienes están experimentando «un estancamiento» de sus ingresos.