Esquerra Republicana ha presentado una moción en el Parlamento con varias acciones destinadas a atender las demandas de los agricultores. En concreto, el escrito insta al gobierno catalán a «revisar» las restricciones del Plan Especial de Sequía con el objetivo de «priorizar» las actividades económicas «esenciales», como por ejemplo el campo. Además, el escrito de los republicanos también se pide «singularizar estas restricciones para asegurar de manera preferente la sostenibilidad del pequeño y medio campesinado». Por otro lado, la moción recoge la necesidad de estudiar la creación de un fondo agrario que actúe como renta básica agraria, así como implementar un nuevo sistema para agilizar el cobro de las ayudas.
Este no es el primer movimiento de ERC para favorecer a los agricultores catalanes. El pasado viernes, la formación independentista presentó una proposición no de ley en el Congreso para reclamar al gobierno español que apruebe medidas “urgentes” para reducir la burocracia en la hora de pedir las diferentes ayudas que se conceden a través de política agraria común (PEC) además de cambiar los criterios de reparto de los fondos europeos para que lleguen a los pequeños y medios productores del país.
En el mismo texto, ERC también reclama la paralización de las diferentes negociaciones de los acuerdos de libre comercio con terceros países y que se aplique un mayor control a las importaciones con cláusulas espejo con los países extracomunitarios para evitar el uso descontrolado de productos fitosanitarios prohibidos en la UE. “La situación ha llegado a un punto límite y no únicamente en España, sino que también los agricultores y ganaderos de Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Polonia y Rumanía han parado la actividad y la de las ciudades en las cuales se han manifestado para exponer su cansancio ante la falta de acción por parte de las administraciones competentes ante la crisis económica que vive el sector”, explica ERC en su proposición. El texto recuerda que las movilizaciones y protestas de los agricultores de las últimas semanas son una respuesta “desesperada” a la crisis que vive el sector primario, que se siente “ignorado” por el gobierno español.