La agrupación de agricultores Unió de Pagesos se ha querido desmarcar del corte fronterizo organizado por Revolta Pagesa para el próximo lunes y asegura que no formará parte de la protesta del 3 de julio. El sindicato, que tiene representación mayoritaria en Cataluña, asegura que «no es legítimo» movilizarse en plena campaña electoral y apuestan por otras medidas que ayuden a resolver la situación que vive el campesinado, como por ejemplo un acuerdo de colaboración con la organización sindicalista de la Cataluña Norte Confederation Paysanne. Es decir, a pesar de que las reclamaciones son muy similares, optan por diferentes formas de lucha. El coordinador nacional de Unió de Pagesos, Joan Caball, cree que promover manifestaciones en plena carrera electoral para los comicios europeos del 9 de junio ayuda a «tomar partido»: «Das ventaja a aquel quienes están e invisibilizas a quienes no».
Es por este motivo, pues, que ha asegurado que desde el sindicato mayoritario no se unirán a la protesta. El portavoz nacional de Unió de Pagesos también defiende su ausencia porque los organizadores del corte fronterizo son colectivos «asindicales o antisindicales» y no cree que sean muy recibidos. «Allá donde no te quieren es mejor no ir», remacha Caball. Hay que tener en cuenta, pero, que el sindicato mayoritario en Cataluña sí que se añadió en algunas de las movilizaciones que se hicieron en febrero.

Defender el modelo de campesinado «familiar»
Desde Unió de Pagesos, y en consonancia con buena parte del sector, consideran que es fundamental collar a las instituciones, desde la catalana hasta la europea, para hacer valer las pequeñas producciones agrícolas y ganaderas, puesto que avisan que si no el control del campesinado quedará reducido a cuatro grandes empresas: «Si no defendemos el modelo familiar, quedarán cuatro empresas que lo llevarán todo», ha añadido el portavoz de los campesinos catalanes. Es por este motivo, pues, que Joan Caball cree que Bruselas tiene que elaborar directivas que tengan en cuenta las diferencias entre territorios, puesto que el campesinado no tiene las mismas necesidades en Dinamarca que en los países del arco mediterráneo.