Después de meses y meses de reivindicaciones, el sector primario catalán, y también el estatal, han hecho una demostración de fuerza este lunes por la mañana cortante los principales pasos entre España y Francia. Además, el sector también ha publicado el ‘Manifiesto Aranguren’, un documento donde plantean sus principales exigencias tanto en el gobierno español como la Comisión Europea a menos de una semana de la celebración de las próximas elecciones europeas. El texto, publicado por la Unión de Asociaciones del Sector Primario Independientes (Unaspi), reclama al ejecutivo español que impulse «negociaciones integrales» con el sector sobre toda la legislación que lo afecte. En este sentido, los campesinos reclaman que se eliminen los impuestos relativos al consumo energético, que se renueven las cámaras agrarias, la mejora de las pólizas y la financiación del sector.
Además, en el manifiesto, que consta de un total de 33 puntos divididos en dos grupos, el sector también hace referencia a algunas de las reivindicaciones históricas de los productores, como promocionar su acceso al mercado a través de políticas que reduzcan las barreras comerciales, que se incentive el relevo generacional, el impulso de la innovación o la mejora de infraestructuras entre otros.
En materia de sequía, los agricultores exigen en el gobierno español la «adaptación consensuada» del Plan Hidrológico Nacional con la elaboración de un nuevo documento que permita la renovación de las instalaciones, la realización de obras de emergencia y garantizar el sistema de regadío. En este sentido, el sector aboga por un «cambio en el enfoque de gestión de la fauna» y fijar límites de capacidad de carga en las poblaciones de especies protegidas.

Garantizar una justa competencia
En cuanto a las reclamaciones europeas, a los agricultores han vuelto a exigir que se pueda «garantizar una competencia justa y equitativa en el mercado» europeo mediante aranceles e impuestos a las importaciones, así como imponer criterios de huella de carbono. También reclaman que los productos de terceros países estén sometidos a «regulaciones más estrictas» en materia de seguridad alimentaria y estándares de calidad, e impulsar el etiquetado claro de los europeos y campañas para promocionarlos, dos reclamaciones que los campesinos de toda la UE ya hace meses que exigen al ejecutivo comunitario.
En esta línea, los agricultores se han mostrado partidarios de la derogación de acuerdos extracomunitarios, entre los cuales han enumerado Mercosur «y todos aquellos acuerdos que perjudiquen el mercado agrícola y ganadero español» con «competencia desleal». Además, en el texto insisten que la política agraria común (PAC) tiene que estar «centrada en el agricultor» para que los fondos no vayan a multinacionales o a latifundistas, y en el perjuicio que los suponen algunos trámites burocráticos.
En el manifiesto también se exige a la Comisión Europea la «prohibición del acaparamiento de tierras por parte de los fondos de inversión», adaptar la normativa a la realidad de montaña y modificar la legislación de bienestar animal para «proteger su trato ético sin perjudicar la viabilidad del sector». En cuanto a la producción, el manifiesto proponer eliminar la figura del veterinario de explotación y permitir el uso de fertilizantes orgánicos «de acuerdo con las necesidades de los cultivos».