Cataluña ya tiene su gremio del campesinado. Así se ha formalizado este lunes con el objetivo de ser «escuchados» y «diferenciarse» del resto de asociaciones agrarias que ya existen en el país. La nueva asociación nace con ocho socios -uno por cada una de las veguerías de Cataluña- y «será una organización independiente, democrática, libre y transparente», según aseguran los creadores. El anuncio se ha hecho durante una asamblea abierta al corte de la AP-7 en la Jonquera, donde han hecho un llamamiento a todos los asistentes a agremiarse. La portavoz de Revolta Pagesa, Ingrid Pou, asegura que el movimiento «continuará» y que seguirán trabajando por defender los intereses del campesinado.
Pozo ha añadido que hasta ahora no había ningún gremio que representara el campesinado y que, además, será una organización empresarial que no actuará bajo ningún mandato político. «Hasta ahora nos habían dicho que no eran bastante representativos y no estábamos constituidos. Por lo tanto, muchas administraciones no nos daban la importancia suficiente», ha asegurado la portavoz. A la vez, Pozo también ha añadido que la idea de Revolta Pagesa era «hacer algo diferente al resto de asociaciones agrarias», en una clara alusión al sindicato Unió de Pagesos, que no ha participado en la protesta.

El corte de la Jonquera ha empezado puntual a las diez de la mañana. Unos seis tractores de la Cataluña del Norte y más de un centenar del Principado han llegado a la vez y se han situado justo al tramo fronterizo en una protesta «histórica» y sin precedentes. La protesta ha tenido desde el primer momento un tono festivo y, a diferencia de las que se hicieron en febrero, no se han montado barricadas. Al poco de la una del mediodía, los congregados han comido y a lo largo de la tarde el ambiente distendido ha imperado. Hacia las seis, han empezado a preparar el fuego por la carne a la brasa que comerán para cenar y algunos ya han empezado a prepararse para hacer noche a la carretera. La protesta se mantendrá hasta mañana por la mañana.
Todos los pasos cerrados
Por otro lado, los campesinos también ha conseguido cortar todos los pasos fronterizos con Francia y Andorra. En Bossòst (Valle de Arán), la protesta ha congregado unos 200 campesinos, que han cortado la N-230 para hacer sentir el malestar del sector. El corte ha estado total y solo dejan pasar el transporte sanitario, de emergencias o el escolar. Hay campesinos del Valle de Arán, los Pallars, el Alta Ribagorça, el Urgell, el Pla d’Urgell, las Garrigues y una pequeña representación de agricultores de Murcia.
A la Fragua de Moles (Alt Urgell), justo en la frontera con Andorra, más de 200 campesinos cortan desde las diez y media de la mañana la N-145. Reclaman más control y vigilancia en las importaciones de fuera de Europa y menos presión fiscal en las energías para compensar el aumento de costes que sufre el sector. En el Coll de Ares (Ripollès), unos cincuenta campesinos del Ripollès y el Vallespir cortan desde esta mañana la C-58. En un ambiente tranquilo, varios tractores atravesados impiden el paso de camiones de mercancías y vehículos privados por esta vía. Solo abren en caso de emergencia. También hay varios efectivos de la Guardia Civil, los Mossos y la Gendarmería.