Los males resultados del último año de Nokia obligarán la compañía a recortar hasta 14.000 puestos de trabajo en los próximos meses. Concretamente, quien hace veinte años fue uno de los líderes del mercado de la telefonía móvil, pretende reducir su plantilla hasta un tenedor de entre 72.000 y 77.000 empleados. El objetivo de este despido masivo se debe a la voluntad de reducir su base de costes para finales de 2026, según ha anunciado la multinacional, que en los nueve primeros meses de 2023 redujo un 35,4% el beneficio neto, hasta 708 millones de euros.
En un comunicado, la compañía ha explicado que quieren reducir su base de costes en términos brutos, es decir, antes de inflación, en un tenedor de entre 800 y 1.200 millones de euros para finales de 2026 en comparación con 2023. En esta operación, apuntan, asumen un pago variable dentro del objetivo en ambos periodos, lo cual representa una reducción de entre el 10% y el 15% en los gastos de personal.
En este sentido, Nokia ha señalado que espera actuar rápidamente en la implementación del programa y conseguir al menos 400 millones de euros del ahorro anual previsto para el 2024 y otros 300 millones de cara al 2025, añadiendo que los ahorros de costes se conseguirán principalmente en redes móviles, servicios de red y nube, así como en funciones corporativas.
Sin embargo, la compañía ha subrayado que la escala exacta del programa dependerá de la evolución de la demanda del mercado final, mientras que el ahorro final en términos netos dependerá de la inflación. “Continuamos creyendo en el atractivo de nuestros mercados a medio y largo plazo”, ha defendido el presidente y consejero delegado de Nokia, Pekka Lundmark, para quien las revoluciones de la computación en la nube y la IA no se materializarán sin inversiones significativas en redes que tengan capacidades enormemente mejoradas. “Sin embargo, si bien el momento de la recuperación del mercado es incierto, no nos quedamos quietos, sino que tomamos medidas decisivas en tres niveles: estratégico, operativo y de costes”, ha asegurado.
El beneficio cae más de un 35%
Por otro lado, el fabricante finlandés también ha anunciado este jueves que en los nueve primeros meses del año obtuvo un beneficio neto atribuido de 708 millones de euros, lo cual implica una caída del 35,4% en comparación con el resultado del año pasado. Entre enero y septiembre, las ventas limpias de la compañía sumaron 16.551 millones de euros, un 5,2% menos que un año antes, incluyendo una bajada del 5% en los ingresos del negocio de infraestructuras, hasta 6.034 millones. Además, el negocio a la nube también ha caído un 2%, con 2.243 millones facturados, mientras que el área de redes móviles generó ingresos de 7.347 millones, un 5% menos. De su lado, el negocio de la división de tecnologías de Nokia consiguió unos ingresos de 834 millones de euros, lo cual representa un retroceso del 9% en comparación con el 2022.
De cara al conjunto del ejercicio, la compañía mantiene su perspectiva de ventas limpias en moneda constante, que ya rebajó el pasado mes de julio, y prevé facturar entre 23.200 y 24.600 millones, mientras que mantiene su pronóstico de un margen operativo comparable del 11,5% al 13%. “Si bien nuestras ventas limpias del tercer trimestre se vieron afectadas por la incertidumbre actual, esperamos ver una mejora estacional más normal en nuestros negocios de red en el cuarto trimestre”, ha apuntado Lundmark.