Las grietas en la relación entre los sindicatos mayoritarios y el gobierno español se hacen cada día más profundas. Comisiones Obreras y UGT han convocado este miércoles concentraciones en varios puntos del Estado para lanzar reproches especialmente agresivos contra la Moncloa y «la mayoría de la investidura» de Pedro Sánchez por la decisión de retrasar el salto al Congreso de los Diputados del proyecto de ley de reducción de jornada. Las federaciones catalanas de ambas centrales se han manifestado a las puertas de la sede de Foment del Treball, en la Via Laietana de Barcelona, y han amenazado a las administraciones con lanzar a los trabajadores a la calle si no hay avances. «El conflicto está servido», ha exclamado el secretario general de la UGT en Cataluña, Camil Ros. «Hace unas semanas todo el mundo decía que había que continuar con la legislatura para ampliar el programa social, y ahora hacen esto», ha acusado Ros.
En este sentido, tanto UGT como Comisiones cuestionan los motivos de Sánchez para volver a hacer «patada adelante» -en palabras de la secretaria general de CCOO en Cataluña, Belén López- con lo que debía ser una de sus medidas estrella. Ambos secretarios generales acusan al ejecutivo de coalición de plegarse a los intereses de «lobbies como Foment del Treball o Duran i Lleida, con la patronal de la gran distribución», y frenar la medida. Lo hicieron, cabe recordar, a instancias de Junts per Catalunya, el opositor más vocal a las 37,5 horas entre los partidos que fundamentaron la investidura del presidente del gobierno.
Ros, en este sentido, traslada el agravio a socialistas y juntaires. «No tienen argumentos para dilatar la decisión», razona el dirigente ugetista; que presiona a la Moncloa para que «lleve la ley al Congreso, y después añadimos las enmiendas que sean necesarias». López, por su parte, ha dirigido sus ataques contra el mundo empresarial, y ha enumerado las ganancias que han registrado en el último año. «Los beneficios de las empresas están siendo históricos, la inflación está controlada y la productividad crece al 13%. Es el momento de dar un salto en los derechos laborales», ha exclamado.

Convenios congelados
Un daño colateral del bloqueo de la reducción de jornada, según alertan tanto CCOO como UGT, es la frenada de la negociación de varios convenios colectivos relevantes en Cataluña. En concreto, unos 60 acuerdos sectoriales permanecen detenidos bajo el yugo empresarial, con unas patronales que se niegan a aceptar debates antes de que se concrete la reducción de jornada. «Tenemos negociaciones detenidas que afectan a 1,3 millones de trabajadores en Cataluña», alerta López. Entre ellas, la del sector del metal barcelonés, con unos 200.000 trabajadores que, tal como informó Món Economia, asumirán la huelga a partir del otoño. También el de la hostelería o el de oficinas y despachos, ambos con una enorme base laboral en el país. Para Ros, no hay fundamento económico para detener las mejoras en condiciones que supondrán estos acuerdos: «Ningún sector en Cataluña está en crisis, todos están ganando», ataca el secretario general.
Lejos de los planteamientos sindicales, López ha lamentado las «cruzadas» de la patronal contra algunos derechos conquistados por los trabajadores. Lo más insidioso, a juicio de las dos centrales, es el discurso contra «el absentismo». Según López, las patronales catalanas «dicen que el problema del mercado laboral es que la gente no va a trabajar porque no quiere». En medio de un aumento de las bajas por enfermedades laborales, así como por motivos de salud mental, la dirigente asegura que «el problema no es de absentismo, es de riesgos laborales». «La patronal dice esto, pero luego no negocia medidas de seguridad, no adapta la jornada a las olas de calor, ni da EPIs a los trabajadores», ha apostillado López. A la contra, desde CCOO critican a Foment y Pimec su postura respecto a la crisis de la vivienda, que consideran el «principal lastre de la economía catalana». «Las demandas empresariales, comparadas, son la chocolate del loro», ha concluido la líder de Comisiones.