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La reducción de jornada enfrenta a Trabajo y Economía y abre una crisis en Madrid

La polémica generada por la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas que impulsa el Ministerio de Trabajo ha cambiado la mesa de diálogo social por el Consejo de Ministros. En las últimas semanas, y viendo que Yolanda Díaz se había cansado de esperar a la patronal para negociar un acuerdo, el Ministerio de Economía ha apostado por un acuerdo consensuado con la CEOE y una aplicación gradual de la medida para no asfixiar a las pymes. Ahora, Díaz contraataca y ha acusado al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, del PSOE, de querer alterar el acuerdo firmado con los sindicatos.

“Es casi de mala persona decirle a la gente trabajadora de nuestro país que te niegas a recortar la jornada media hora al día”, ha lanzado en una entrevista a RNE. Díaz ha reconocido que tiene “desacuerdos manifiestos” con Cuerpo sobre la reducción de la jornada laboral y le ha exigido que decida, y rápido, si está del lado de los trabajadores o de la patronal. “Solo dos actores están en contra de la reducción de la jornada: la extrema derecha y la patronal”, ha asegurado la ministra. “No puedo comprender que un ministro socialista se oponga a la reducción de la jornada laboral”.

La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas es la medida estrella de Sumar para esta legislatura y, además, forma parte del acuerdo de investidura que la coalición que lidera Yolanda Díaz cerró con el PSOE para investir a Pedro Sánchez. Ni en Trabajo ni en Sumar ha gustado que Economía se dedique a poner trabas a una medida que consideran “clave” para mejorar la conciliación familiar de los trabajadores. Díaz ha avisado al PSOE que no hay marcha atrás. “Lo que dijo el ministro de Economía ayer es que quiere cambiar el acuerdo con los sindicatos. Esto es muy grave y no pasará. Ya se lo digo yo”, ha sentenciado.

El ministro de Economía del gobierno español, Carlos Cuerpo, a la izquierda, en un encuentro en Luxemburgo / Unión Europea

Los desacuerdos entre Trabajo y Economía

Los puntos de fricción entre Trabajo y Economía, es decir, entre Sumar y el PSOE, son básicamente dos. El primero, la fecha de aplicación de la reducción de jornada. Trabajo recuerda que en el acuerdo de investidura el PSOE se comprometió a aplicarla antes del 31 de diciembre de 2025, es decir, dentro de 12 meses. Ya se debía haber dado un primer paso y reducirla a 38,5 horas en 2024, por lo que Sumar considera que ya va “con un año de retraso”. En cambio, Economía quiere posponer la medida más allá de 2025 y dejar fuera los convenios que acaban de firmarse y están vigentes, tal como reclamaba la patronal.

El segundo punto que enfrenta al gobierno de coalición son los contratos a tiempo parcial. Trabajo quiere pactar con los sindicatos que la reducción de la jornada, que no afectaría a los contratos a tiempo parcial, suponga un aumento de la retribución. En Economía no convence la medida y prefieren dejar las cosas como están para no sobrecargar más a las empresas, especialmente a las pymes, que tendrán que esforzarse para adaptarse a los nuevos requerimientos de Trabajo cuando la jornada laboral salga adelante.

A pesar de todo, Trabajo debe acelerar mucho los trámites si quiere que la medida se apruebe este año. Primero debe sofocar la rebelión de Economía y convencer al PSOE de que el acuerdo con los sindicatos es suficiente. Pero incluso cuando el Consejo de Ministros haya dado luz verde al anteproyecto de ley de Trabajo —finalmente no será un decreto ley—, todavía pasarán meses antes de que supere todos los trámites en el Congreso de los Diputados y en el Senado. “Tendrá un trámite bastante largo”, ha reconocido Díaz. Como mínimo, unos meses. Y eso si convence a Junts y al PNV, muy permeables a los argumentos de la patronal y grandes defensores de las pymes.

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