La crisis en Volkswagen provoca una profunda brecha entre la fuerza de trabajo y la dirección del grupo. Tras que la multinacional automovilística anunciara su intención de cerrar tres fábricas en Alemania, con los numerosos despidos que supondría la medida -medios locales hablan de decenas de miles- el principal sindicato de la compañía, IG Metall, se ha rebelado contra la estructura ejecutiva. La presidenta de la organización, Christiane Benner, ha exigido a los directivos de la empresa que renuncien a parte de su sueldo para «dar ejemplo» ante los trabajadores. La líder sindical asegura «entender» las intensas protestas de la plantilla por la situación, dado que los cierres anunciados no van acompañados de «medidas de contención de gasto» entre la cúpula empresarial. «Se necesitan ofertas de la dirección», denuncia Benner.
La principal preocupación del sindicato, según explica la dirigente, es la aparente ausencia de una hoja de ruta en la estrategia de la dirección. Así, reclama que el consejero delegado, Oliver Blume, muestre una planificación «clara» para el futuro de la compañía. «Desarrollarla es tarea de la dirección», exige Benner. Desde IG Metall, además, apuntan que las medidas anunciadas serían insuficientes, al menos las que ya se han confirmado, para resolver la situación contable de la empresa. «Aunque los empleados se bajen un 10% el sueldo, como propone la empresa, no bastaría para cubrir las pérdidas causadas por las malas decisiones del pasado», acusa la presidenta del sindicato; que también se ha mostrado crítica con la política de dividendos. La remuneración de los accionistas, añade, «debe estar en consonancia con la situación general». «Es legítimo que el dinero vuelva a los inversores, pero en tiempos de bonanza», acepta.

Una crisis estructural
El enfrentamiento entre sindicato y dirección surge del revuelo que anunció Volkswagen durante las primeras semanas del otoño. La compañía rescindió varios convenios colectivos vigentes en el país, abriendo la puerta al despido de un número importante de la plantilla. Los acuerdos de empresa, cabe recordar, estaban vigentes hasta 2029, y garantizaban la continuidad de los contratos de la inmensa mayoría de los empleados de la multinacional. A partir de 2025, pues, la compañía abre la puerta a recortes de plantilla, en paralelo con su intención de cierre de al menos tres plantas productivas en el país, y de rebajar los sueldos de la fuerza de trabajo restante en un 10%.


