El campesinado se está haciendo sentir por las calles de Barcelona. Cerca de seis columnas han salido este miércoles por la mañana desde varios puntos del territorio para protestar contra la enorme cantidad de burocracia, los elevados costes de producción, y la competencia desleal con otros países contra los cuales luchan cada día. Cerca de las 14 horas del mediodía, los primeros tractores han empezado a entrar en la capital catalana por la avenida Meridiana y se han dirigido hacia el centro de la ciudad, hasta las puertas del Departamento de Acción Climática, Agenda Rural y Alimentación, situada a la Gran Vía. La marcha lenta que ha paralizado la ciudad durante horas se ha desplazado hasta la plaza de Sant Jaume, a las puertas del Palau de la Generalitat, para reunirse con Pere Aragonès y poner sobre la mesa sus reclamaciones: «Tenemos muchos problemas burocráticos y medioambientales, muchas normativas exageradas», ha lamentado uno de los productores que se ha movilizado en Barcelona, Josep Niubó, a la Agencia Catalana de Noticias (ACN).
En este encuentro, a puerta cerrada, el jefe del ejecutivo catalán explicará a los campesinos que durante el año la Generalitat pondrá en marcha un portal único con la administración para “ahorrar” trámites al sector primar, tal como ha anunciado esta misma mañana durante la sesión de control del Parlamento. Mientras dura la reunión, pero, la presión del sector continúa. De hecho, los miles de campesinos que se han desplazado hasta la capital catalana para protestar han empezado a instalarse en Barcelona y empezar a preparar carne en la brasa en medio de la calle con la intención de pasar la noche en la ciudad. Las protestas del colectivo siguen los pasos de las manifestaciones que se han producido en varios puntos de Europa.
Presionar el Gobierno
Mientras la reunión con el jefe del ejecutivo catalán se produce en el interior del Palau de la Generalitat, centenares de campesinos también se han reunido a las puertas del edificio del Gobierno para mantener la presión. Entre los cánticos y las pancartas de los manifestantes también se puede ver un ataúd que representa el malestar y las malas condiciones con las cuales trabajan.
