El objetivo de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de reducir la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales sigue atascado. Ante la negativa de la patronal y los empresarios -tal como ha demostrado esta mañana la Fundación de Empresarios de Cataluña (FemCAT)-, desde Comisiones Obreras (CCOO), uno de los principales sindicatos involucrados en las negociaciones sobre la reducción de la jornada laboral, han pedido a la patronal que “salte de siglo” y acepte la propuesta del gobierno español. Así lo ha hecho saber el secretario general de la organización sindical, Javier Pacheco -quien descarta presentarse a la reelección el próximo año-, en una intervención ante la prensa en el Salón de la Ocupación.
En esta línea, el actual líder sindical también ha exigido al gobierno español, y especialmente a Yolanda Díaz como representante del ejecutivo en las negociaciones con sindicatos y patronal, que “deje de caer en las redes dilatorias” del empresariado y traslade al Congreso de los Diputados la propuesta “que salga del diálogo social” -tal como la titular de la cartera de Trabajo ya advirtió ante el estancamiento de la CEOE. Por su parte, su homólogo de UGT, Camil Ros, ha asegurado que la reivindicación de la reducción de jornada “donde se asume mejor es entre la gente joven”. También ha advertido que las 37,5 horas son “el primer paso” pero que el objetivo es llegar a la semana laboral de cuatro días.

Los jóvenes, principales afectados por la precariedad laboral
Pacheco ha celebrado las mejoras que ha habido en los últimos meses en el mercado de trabajo, con un aumento del empleo y de los contratos de tipo indefinido, pero ha alertado que hay “carencias” que hay que «corregir», especialmente en lo que respecta a la gente joven, donde la precariedad sigue siendo elevada. Por su parte, Ros ha coincidido con el secretario general de CCOO en la necesidad de que el gobierno español apueste “permanentemente” por el empleo juvenil y porque los jóvenes tengan «trabajo de calidad». En este sentido, considera que la situación laboral de los jóvenes es ahora «mucho peor» que cuando él se introdujo en el mercado de trabajo con 24 años: «Entonces te podías pagar un piso y podías salir de fiesta, que es lo que debe hacer un joven a esa edad», ha reflexionado.