Comisiones Obreras se une a la campaña de rechazo a la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell. El secretario general del sindicato, Unai Sordo, rechaza la operación, alegando que «la concentración financiera en el Estado ya es excesiva». Así se ha expresado en una atención a los medios posterior al cuarto Congreso Confederal de la federación de Servicios, celebrado esta semana en Barcelona. El nuevo secretario general de la rama sindical, Ramón González Monroy, se ha unido al rechazo de Sordo, e insistió en la necesaria «defensa del empleo» en un proceso como este. En este ámbito, han agradecido las declaraciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha introducido dentro de los criterios de interés general a aplicar en la fase 3, precisamente, la protección de las plantillas de ambos bancos y de sus condiciones. «Las manifestaciones en defensa del trabajo han estado siempre en nuestras notas», ha sostenido Monroy.
González Monroy, de hecho, ha alertado contra la experiencia previa en operaciones de concentración protagonizadas por el BBVA, bien conocidas en Cataluña. El banco vasco, recuerda el sindicalista, «tiene dentro el 60% del sistema bancario catalán», después de haber completado absorciones como las de Banca Catalana o Catalunya Caixa. El servicio de estas entidades desaparecidas se ha ido con ellas, en tanto que la entidad con sede en Bilbao «ha vuelto a su tamaño original, y tiene la misma dimensión en el país que antes de las absorciones». En este sentido, la desaparición del Banco Sabadell supone, a juicio de la central sindical, un «gran riesgo para la economía de particulares».
«El gobierno tiene que actuar», ha reclamado el nuevo dirigente de CCOO Servicios, para evitar una compra que califica de «oxímoron». «Si defendemos la capilaridad del sistema bancario, es necesario que haya personal suficiente para atenderla», sentencia González Monroy. Así, el sindicato reclama a la Moncloa que «ejerza sus competencias» e imponga nuevas condiciones, sin hacer caso a «opiniones interesadas cercanas» a las partes. En este sentido, Sordo ha restado importancia a las amenazas de Bruselas, que han comunicado al ejecutivo de Madrid que, en caso de que supere sus atribuciones, «ejercerán como defensores de los Tratados de la UE». «A menudo Bruselas no se expresa como llega aquí», alerta el secretario general confederal.

Los ritmos de la reducción de jornada
Aparte de la OPA, el sindicato ha dedicado buena parte de este congreso a debatir sobre la reducción de la jornada laboral. Sordo ha reclamado al Consejo de Ministros que acelere la tramitación de la ley en el Congreso de los Diputados, tenga o no tenga el apoyo garantizado de la mayoría de la investidura. Lo ha hecho pocas horas después de que la Moncloa haya vuelto a aplazar el traslado del proyecto de ley a la cámara legislativa. «La incertidumbre comienza a afectar la negociación de convenios colectivos», ha alertado el secretario. En Cataluña, sin ir más lejos, cerca de 1,2 millones de trabajadores están a la espera de que se desbloqueen sus convenios.
También ha disparado contra Junts, a quienes reprocha su enmienda a la totalidad de la norma, que traslada la «percepción de que la ley puede caer». «Que los grupos introduzcan las enmiendas que consideren, pero no tiene sentido demorar sine die la tramitación»; acusa Sordo, que califica al partido del presidente en el exilio, Carles Puigdemont, de «irresponsable». Sobre las posibles variaciones en el acuerdo entre gobierno y sindicatos, el líder de CCOO ha marcado la línea roja en la reducción efectiva de la jornada por ley y en el establecimiento de «fórmulas efectivas de control del tiempo de trabajo». «A partir de aquí, vamos al trámite parlamentario, y actuaremos dentro del juego de presiones», sostiene Sordo, que también busca el cuerpo a cuerpo con el mundo patronal. «Hago un llamado a las organizaciones empresariales a que salgan del viejo esquema de pagar poco y trabajar mucho», ha declarado.