Las movilizaciones a la AP-7 han acabado. Así lo han explicado los campesinos gerundenses después de acordar levantar los cortes de la autopista y la N-II en Pontós (Alt Empordà). A la asamblea que han hecho, han expuesto los compromisos que han obtenido tanto del Gobierno (sobre restricciones por la sequía y burocracia) como del estado español, después de que los hayan confirmado una reunión con la secretaría general de Agricultura del Ministerio la próxima semana. Por eso, han decidido marchar de las carreteras cortadas desde este martes por la mañana. Lo hacen, pero, con una advertencia a las administraciones: Si no cumplen los compromisos, volverán a la calle el día 28 y se estarán «el tiempo que haga falta».
Las más de 30 horas de protestas de los campesinos han acabado con un final agridulce. Por un lado, los representantes han asegurado que han llegado a ciertos acuerdos con la administración pública, pero también han advertido que si las medidas son papel mojado, no tendrán ningún tipo de problema al volver a invadir las carreteras. Esta no es la primera vez que los campesinos gerundenses bloquean la carretera desde que empezaron las protestas. De hecho, la semana pasada ya pasaron la noche cortando la AP-7 y la N-II en Medinyà, antes de marchar en tractorada hacia Barcelona para hacer escuchar sus demandas. Esta vez, el bloqueo ha estado de los principales cauces de comunicación terrestres de la demarcación, el que también se denomina como la puerta de entrada con el resto de Europa.

Otra vía de negociación diferente al Gobierno
Los campesinos también estaban muy pendientes de la otra vía de negociación, en este caso con el gobierno español. En este sentido, han afirmado que titulares de la secretaría de Agricultura se trasladarán a Cataluña para reunirse con ellos la próxima semana. «Es muy importante porque, de entrada, nos reconocen como interlocutores», han dicho. Del Estado vuelan, también, simplificación administrativa y, sobre todo, tener voz y poder influir en la política agraria común a Europa.