Ya hace años que Cataluña decidió apostar por las tecnologías más innovadoras para dar un paso adelante en el sector industrial. Una de estas tecnologías es la cuántica, un campo dónde en los últimos años se han empezado a ver los primeros proyectos que realmente son disruptivos y ya se han establecido como algunos de los más importantes de Europa en el sector. Los dos ejemplos más claros son Qilimanjaro y LuxQuanta, pero detrás hay muchos más proyectos, como Quside, que fundamentan un verdadero ecosistema innovador que puede revolucionar la investigación y tejido empresarial del país. Tanto es así que el consejero de Empresa i Treball, Roger Torrent, ya ha anunciado que el Govern tiene previsto aprobar, antes de que acabe en 2024, la Estrategia de Tecnologies Quàntiques de Catalunya, que actualmente se encuentra en fase de redacción.
Este sector puede llegar a beneficiar varios sectores como el de la ciberseguridad, la sanidad -a través de la detección temprana de algunas enfermedades-, nuevas técnicas de neuroimagen, materiales cuánticos con propiedades extraordinarias o el diseño de moléculas para la síntesis de nuevos fármacos, entre otras aplicaciones que todavía se desconocen. Todo ello, según los cálculos del Gobierno, podría llegar a tener un impacto económico a escala mundial de, como mínimo, unos 100.000 millones de euros de cara al 2030. Unas posiciones que hacen pensar que el sector cuántico podría ser un gran aliado para muchos sectores económicos en los próximos años en Cataluña.
En este sentido, la secretaria de Polítiques Digitals del Govern, Gina Tost, comenta a
Futuro con posibilidades ilimitadas
En cuanto al futuro, todos los expertos coinciden a apuntar que todavía no se conocen todas las potencialidades de una tecnología que todavía se encuentra en una fase muy embrionaria. De hecho, en los últimos años han empezado a salir las primeras empresas, pero todavía son start-ups en fases iniciales. Es por eso que desde las administraciones se le quiere dar un empujón a través de la nueva estrategia cuántica de Cataluña, que buscará generar oportunidades de crecimiento económico y de ocupación de alto valor añadido al país. Además, esta estrategia irá acompañada de un informe de situación del sector que ofrecerá una visión general de situación actual.
En este caso, la estrategia se centrará en el beneficio de las comunicaciones ultraseguras -gracias a la criptografía cuántica-, a la detección temprana de algunas enfermedades -gracias a los sensores cuánticos-, con los materiales cuánticos y al diseño de moléculas para la síntesis de nuevos fármacos -gracias a la computación cuántica-. En esta línea, Tost asegura que este tipo de políticas son importantes si el país quiere subir a la revolución tecnológica tiene que prestar atención este tipo de sectores económicos e invertir en su infraestructura y talento. Además, asegura que si todo este proceso no se hace ahora de aquí a 10 años, quizás ya es demasiado tarde. Una opinión que comparte el director del Institut de Ciències Fotóniques (ICFO), Lluís Torner, que añade que si no se hace así pasará como con el sector de los chips, que se ha tenido que hacer muy deprisa porque la UE llegó tarde.

Los centros de investigación, el pilar del sector
Uno de los pilares del sector cuántico catalán son, sin duda los centros de investigación, que ayudan a crear un ecosistema realmente potente. Desde ACCIÓ, Núñez apunta que «Cataluña tiene un ecosistema emergente con gran conocimiento y muy dinámico, con centros de investigación y universitarios punteros». Esto, añade la experta, «supone un impulso para todo el ecosistema, y abre un abanico de posibilidades de cooperación con la industria local para explorar todo el potencial» de la cuántica. En este caso estamos hablando del Barcelona Supercomputing Center (BSC) -que es el centro coordinador del proyecto Quantum Spain, que impulsa la computación cuántica en el estado, y que será la sede de unos de los primeros superordenadores cuánticos de Europa- y de la ICFO -centro coordinador de la iniciativa europea Quantum Flagship, que quiere impulsar a Europa hacia el liderazgo cuántico-.
En este sentido, Torner, apunta que la presencia de este tipo de centros potencia el sector porque al tratarse de una ciencia deep tech hay que disponer del talento para poder incorporarlo a las empresas que van surgiendo. En este sentido, asegura que un porcentaje elevado de los trabajadores de, por ejemplo, LuxQuanta o Quside han sido trabajadores del centro en el pasado. Por otro lado, Artur Garcia, el líder del grupo de tecnologías cuánticas del BSC asegura a
La revolución llega de la mano de la IA
Además, tanto Tost como Núñez remarcan que el gran crecimiento que han experimentado en los últimos años varias tecnologías como la inteligencia artificial y el Big Data han provocado que se haya acelerado el crecimiento y la investigación en torno a las tecnologías cuánticas, porque facilitan un procesamiento más rápido y eficiente de un gran volumen de datos. Además, la cuántica facilita una respuesta más rápida a problemas cada vez más complejos que los ordenadores convencionales no pueden solucionar.

Aun así, la CEO de Qilimanjaro, Marta Estarellas, explica que aparte de la inteligencia artificial otro factor que ha impulsado la cuántica en los últimos años es la voluntad de Europa de lograr soberanía tecnológica para no perder la carrera frente a otras regiones. Una visión que comparte Torner, que asegura que la ciberseguridad cuántica será muy importante geopolíticamente hablando, puesto que permitirá aumentar muy considerablemente la seguridad de comunicaciones de los gobiernos o incluso de información confidencial de los ciudadanos, como la médica o la bancaria. Aun así, el director del ICFO asegura que el verdadero salto de la cuántica llegará «cuando entre en funcionamiento lo primer ordenador cuántico realmente potente», si bien apunta que todavía no se puede predecir cuando llegará este ordenador.
Todo y este crecimiento del número de empresas que se dedican a la cuántica, Torner asegura que esta tecnología todavía tardará unos años a llegar directamente a los ciudadanos de forma directa. De hecho, el director del ICFO lo compara con el que pasó con los navegadores, que empezaron teniendo un uso militar, pero con el paso de los años los tenemos por todas partes, puesto que el móvil o los coches tienen GPS. En este sentido, Torner apunta que acabará pasando el mismo, especialmente con la criptografía cuántica, aunque va por largo esta llegada.