Este jueves ha entrado en vigor la ley europea para regular la inteligencia artificial (IA). La Eurocámara y el Consejo de la Unión Europea han acabado dando el visto bueno para poner en marcha la ley y ya se ha publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea las primeras medidas que se aplicarán. La gran mayoría de estas medidas se aplicará a partir del dos de agosto de 2026, mientras que algunas otras medidas entrarán en vigor de aquí a seis meses y serán aquellas que hagan referencia a la prohibición de sistemas de IA que presenten «riesgos inaceptables».
La Comisión Europea (CE) ha puesto en marcha el Pacto de la IA para afrontar el periodo previo a la aplicación de la ley. Este pacto invita a los diferentes agentes desarrolladores de IA a adoptar las obligaciones que marca la ley europea antes de que se acaben los plazos legales. Además, el ejecutivo europeo ha abierto una convocatoria para que las partes interesadas puedan expresar su opinión para la elaboración del futuro primero Código de Prácticas de la IA.

La primera ley del mundo que regulará la IA
Con la entrada en vigor de esta ley, Europa busca regular la IA en función del nivel de peligro que supone. Las instituciones europeas quieren que aquellos sistemas que presenten «riesgos limitados» estén bajo unas obligaciones de transparencia más flexibles, mientras que los sistemas que supongan unos «riesgos elevados» solo se podrán utilizar bajo autorización y teniendo que cumplir una serie de requisitos.
El que sí que quedará prohibido serán las herramientas que puedan influir en la conducta de los individuos o los sistemas de puntuación social. La prohibición llega porque el ejecutivo europeo considera que es un riesgo «inaceptable» y también prohibirá los programas que utilizan datos biométricos para clasificar la población según su religión u orientación sexual.
Las únicas excepciones posibles que considera la norma son aquellas que van relacionadas con los campos de la defensa y la investigación, excepciones que tienen que estar autorizadas judicialmente.
En cuanto a los sistemas de IA generativa, como puede ser el conocido ChatGPT, tendrán que especificar si un contenido se ha generado gracias a la IA; y la norma también contempla sistemas de ricos que solo pueden ser comercializados si los desarrolladores garantizan que sus sistemas garantizan los derechos fundamentales.