Cataluña tiene sobre la mesa una propuesta para acoger una planta de fabricación de prototipos de microchips que requiere una inversión de 300 millones de euros, según ha anunciado este martes en el Círculo de Economía el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. La iniciativa, cuyo promotor no se ha revelado, se instalaría junto al Sincrotrón Alba, en Cerdanyola del Vallès, y se podría financiar a través de los fondos del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de semiconductores, que cuenta con 12.750 millones de euros del Ministerio de Ciencia y Tecnología procedentes de los fondos Next Generation de la Unión Europea.
“Cataluña tiene la ambición de jugar un papel protagonista en la imprescindible reindustrialización europea”, ha dicho Aragonés, puesto que la nueva planta permitiría probar nuevos prototipos de semiconductores en el país, que está decidido a convertirse en una de las regiones europeas clave para el impulso de la industria europea de microchips. Fuentes del Gobierno catalán han explicado a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) que la fábrica es “crítica” para reforzar el ecosistema de chips de Cataluña. El proyecto está listo y los terrenos, localizados. Ahora solo falta la luz verde del gobierno español, que ya tiene el proyecto y que es quien tiene que aprobar su financiación con fondos europeos.

La gran batalla para atraer inversiones de semiconductores
La producción de semiconductores es una de las grandes apuestas de la Comisión Europea para evitar la dependencia de otras superpotencias como China o los Estados Unidos. Los planes de Bruselas han abierto una auténtica batalla económica entre los principales países de la UE para atraer inversiones millonarias para instalar fábricas de última generación. En Cataluña, donde ya hay centros de desarrollo de semiconductores como los de Intel o Cisco, la apuesta gira alrededor del Barcelona Supercomputing Center, pero actualmente ya hay casi 90 empresas del sector, que también cuenta con 3.700 personas en proyectos de investigación.
La apuesta de Cataluña por la industria de los semiconductores se enmarca en una estrategia más amplia para impulsar un crecimiento económico basado en sectores estratégicos y de alto valor añadido que permitan revertir la “tercerización” que ha sufrido el país en los últimos años. Un ejemplo es la planta de componentes de baterías que la surcoreana Iljin Materiales construirá en Mont-roig del Camp (Baix Camp) con una inversión de 600 millones de euros. La planta fabricará elecfoil, un componente básico para las baterías de los coches eléctricos.