Las primeras horas después de la aprobación por parte de la SEC –el homólogo norteamericano de la Comisión Nacional del Mercado de Valores– del ETF de Bitcoin fueron inciertas. Hacía tiempo que los inversores en la criptomoneda reina esperaban la entrada de su valor de referencia al mercado regulado. El Exchange Trade Fund al contado lo permitía: en lo sucesivo, BTC se equiparaba, a las carteras institucionales y tradicionales, a una acción o cualquier otro activo financiero. La
Bitcoin es, como explica en este diario la profesora de Economía a la UPF-Barcelona School of Management y experta en el sector financiero Luz Parrondo, un activo muy especial. «Difiere en cuanto a sus cimientos de todo el resto de criptomonedas, y también de todos los activos tradicionales», declara la académica; en cuanto que es exclusivamente la tensión entre oferta y demanda, y jefe otro factor externo, aquello que define su valor. «La confianza que será una reserva, y su escasez, siempre lo hará un activo que retiene valor», razona Parrondo. Con la entrada de los inversores institucionales al mercado de la principal criptomoneda, esta confianza se multiplica. El inherente miedo de los capitales clásicos, opina la profesora, «desaparece cuando los compradores de toda la vida confirman el activo». La pieza del capital institucional es capaz, a su vez, de mover lo
Una caída de fichas de esta magnitud es capaz de mover bastante capital para hacer variar profundamente el valor de cualquier activo. «Si tienes lo

Los factores para la escalada de la criptomoneda, pero, son de lo más diversos. Sin ir más lejos, Bitcoin va de la mano –»lidera», ahora mismo, en palabras de Salvany– un mercado bursátil que va, en su conjunto, al alza. Fuera de Madrid, donde el Ibex se mantiene más estático arrastrado por los bandazos de Grifols, los principales índice registran importantes alzas a medio plazo: el S&P 500 estadounidenses ha mejorado un 14% los últimos seis meses, mientras que Nikkei ha escalado en el mismo periodo un 18%. «Detrás de todo hay una gran necesidad de los inversores a colocar el exceso de liquidez», describe Parrondo. Con este empujón inversor, el sector se mantiene optimista con nuevas escaladas en valor. «No creo que Bitcoin haya logrado su pico», prevé la profesora, de acuerdo también con las otras fuentes consultadas. Forte va más allá, y hace una ancha previsión –dando cuenta de la elevada volatilidad del activo–: «Esperamos para el 2025 un escenario baso de 35.000 dólares y uno de extremo de 300.000; cualquier cosa en medio de estas dos cifras, no me sorprende», remacha el empresario.
«Todavía no se ha entendido»
Para escalar hasta un tope de 300.000 euros el activo, como analiza Forte, hacen falta más factores que complementen la entrada de nuevos inversores. Para Parrondo, uno de los más relevantes es la limitada oferta. Es, también, uno de los que diferencia con más claridad Bitcoin de cualquier otro
Del análisis del inversor se desprende una tendencia contraria a la que más se había ligado al nombre de Bitcoin: una elevada volatilidad. Es cierto que, hasta ahora, la tendencia especuladora de muchos de los compradores de este activo –apuestes fuertes y salidas muy rápidas para maximizar ganancia o reducir pérdidas– ampliaba mucho el rango de resultados potenciales. Ahora bien, tanto Salvany como Parrondo ven, de la mano de los inversores tradicionales, cierta calma en el horizonte. «Además maduro es el mercado y más conocimiento tenga el inversor, menos volatilidad», diagnostica la profesora de la Barcelona School of Management; si bien considera que se trata de un factor que nunca se puede descontar. «La escasez hará que siempre sea un activo volátil», apostilla. Todavía ahora se ven, pero, movimientos bruscos: «El otro día mismo vimos una liquidación

La regulación sí que ofrece, a ojos de las fuentes consultadas, un cimiento más alto. Las pérdidas, sobre el valor institucional, no serán nunca tan pronunciadas como las del criptohivern. Salvany relaciona esta suerte de salvavidas al cambio del perfil de los compradores. Según el consultor, en momentos anteriores de la vida de BTC las bajadas de valor se veían como un momento «para deshacer posiciones» por parte de unos inversores con un alto componente especulador. Ahora bien, perfiles que buscan seguridades de valor a futuro irán en sentido contrario. «Las bajadas se interpretarán como oportunidades para entrar», hecho que sostendrá e incluso recuperará el coste de los activos cuando estos reculen. «Se tiene que entender que Bitcoin es un excelente medio para trasladar valor a futuro; como el oro o la plata», compara. «Esta es su función a la sociedad: es un reservorio de valor», añade Parrondo.
Las próximas criptomonedas
Horas después de la salida a bolsa de Bitcoin mediante los ETF, los mismos fondos que van collar la SEC porque diera el visto bueno empezaron a explorar nuevas opciones inversoras al mundo