La inmersividad ha abandonado los rincones de la tecnología profunda. Las experiencias de audiovisual envolvente ya son sin duda, según las diversas voces del sector que se reúnen a Integrated Systems Europe (ISE) durante esta semana, la clara «explosión» de la industria en los últimos años; y lo ha hecho lejos de sus entornos, por así decirlo, naturales. Las gafas de realidad virtual y el metaverso ocupan solo una parte –y una no muy grande, observando el panorama actual– del potencial que pueden lograr las experiencias inmersivas. «Se han convertido en una realidad en todos los segmentos industriales y de la sociedad; y durante todo el año, no hay que venir a ISE para verlo», declara a
El primer factor para explicar este boom de actividad en las tecnologías inmersivas es, en buena parte, la escalada del sector. Según los expertos y actores de mercado consultados por

La consagración de Barcelona, empero, se ha dado en paralelo a apuestas de otras regiones. «Hay países que ya tienen incluso dos o tres salas inmersivas», alerta José Vaaliña, fundador y director creativo del estudio multimedia de Gracia Eyesberg. Este crecimiento en alcance y atractivo ha hecho, según apuntan las empresas de la industria, que nuevos públicos se acerquen. Se trata, asegura Vaaliña, de una tecnología que «se puede aplicar a cualquier cosa: restaurantes inmersivos, exposiciones inmersivas, un partido de fútbol inmersivo…». Puede servir, irónicamente, para recuperar para los entornos físicos aquello que, por ahora, habían conquistado los digitales. El director de la compañía barcelonesa Onionlab Jordi Pont apunta, por ejemplo, a una clara aplicación en el sector
El crecimiento de las propuestas inmersivas, y el consiguiente aumento de su acogida, es, para Sellas, una clara indicación que hay demanda para una tecnología que es difícil no considerar consolidada. «Es el mercado quien define el interés», razona, exponiendo que Layers of Reality «dobla cada año; y si nosotros lo hacemos, que somos una empresa pequeña en fase de crecimiento; las empresas grandes estarán en cifras muy importantes». La gran empresa, de hecho, lo constata: desde Epson explican cómo «algunos clientes ya vienen a pedirlo directamente», con un rango de demanda que va desde la formación profesional industrial hasta las iglesias. «Puedes hacer proyectos a cualquier superficie con la videoproyección», constata Artigas.
El potencial de Barcelona
A diferencia otras ciudades con potenciales técnicos y corporativos similares al de la capital catalana, la eclosión de las tecnologías inmersivas no ha encontrado en Barcelona «una tierra baldía» para cultivarse, según Sellas. Festivales como el Sónar, el Arte Futura o el MIRA, así como el éxito del Ideal, han mejorado las condiciones que se han encontrado las empresas, pequeñas y grandes, que se dedican a la inmersividad. También un sector especialmente próximo a las experiencias inmersivas, como es lo de los videojuegos, tiene representantes en el ecosistema barcelonés. Pont destaca, de hecho, que a pesar de que otras ciudades del Estado concentran las ramas más tradicionales del audiovisual, Barcelona se ha consolidado como punta de lanza de aquellas iniciativas de carácter más tecnológico e innovador. Madrid acapara los platós, estudios y productoras tradicionales, el cine y las series, pero «Cataluña ha subido al tren creativo, y la gente viene porque sabe que aquí pasan las cosas».
La solidez de la red empresarial y creativa barcelonesa ha contribuido a una evolución mucho más rápida que en otras ciudades. «Todos los que estamos nos conocemos desde hace muchos años, todos hemos crecido y tenemos espacio para crecer», declara Vaaliña, asegurando que el mercado en Barcelona «lo tiene prácticamente todo»; especialmente a la vertiente creativa de la inmersividad, pero también al tecnológico. En este sentido, las empresas consultadas subrayan la organización misma del sector audiovisual del país como una ventaja clara sobre otras regiones seguramente menos muy estructuradas. En particular, el Clúster del Audiovisual de Cataluña, del que forman parte muchas de las catalanas que han aterrizado en el ISE, juega, según explican en Món Economia, un papel clave como agente aglutinador. A partir de aquí, el siguiente paso será «la unión entre sector privado y grandes políticas públicas». «La banda privada está con el cuchillo en la boca, abriendo nuevos mercados», argumenta Sellas; mientras que en el Gobierno le queda continuar «apostando por la tecnología» y crear las condiciones para el crecimiento de los negocios.

La tecnología que viene
La evolución tecnológica de la inmersividad, como recuerdan las fuentes consultadas, es la clave para esta aplicación. Buena parte del éxito de las iniciativas del sector es, comenta Sellas, una «maduración» del
Quedan, pero, adelantos tecnológicos para que los espacios inmersivos se puedan integrar a cualquier entorno. Vaaliño considera imprescindible «pasar a la proyección en 4k real», un salto que requiere una importante adaptación tecnológica, con «más horas y más trabajo de