El 2023 ha dejado un hito histórico para el mercado automovilístico. Por primera vez, un vehículo eléctrico ha cerrado el curso como el más vendido del planeta. Según los datos publicados por la consultora Jato Dynamics, el producto estrella de la multinacional de Elon Musk Tesla, el Model Y, ha superado todas las expectativas y ha acumulado más entregas a clientes que cualquier otra opción del mercado. Tal como apunta la firma británica, el Y habría llegado al final del ejercicio pasado con 1,23 millones de unidades matriculadas, en lo que los analistas describen como «un cambio seísmico» en la estructura comercial de la movilidad.
Justo es decir que los datos publicados por Jato son todavía preliminares. Como alerta la misma consultora, algunos países –pocos– todavía no han hecho públicas sus cifras de ventas. Aun así, el Model Y se encuentra, según los analistas autores del informe, en una posición «inalcanzable» para la competencia, con cerca de 200.000 unidades vendidas más que su rival más próximo. El analista global de Jato Felipe Muñoz asegura que la escalada de actividad de Tesla con su producto estrella «no tiene precedentes, particularmente para un vehículo entre los 10 más vendidos del mundo». Con el impulso logrado entre enero y diciembre del 2023, el hijo pródigo de la factoría Musk se ha impuesto por encima de competidores que acumulaban años de control sobre las listas de ventas, especialmente salidos de las fabricantes asiáticas.

Aunque la identificación de Tesla se da principalmente con los Estados Unidos, el Model Y no ha encontrado en suelo norteamericano su principal nicho de mercado. De hecho, el éxito del eléctrico proviene, principalmente, de un rendimiento espectacular a los mercados chino y europeo –los dos primeros del mundo por volumen de transacciones, todavía ahora–. Según apunta Jato, las matriculaciones en el gigante asiático cerraron el curso en 456.000, lo que supone una gigantesca escalada interanual del 45%. Así, la firma de Musk ha dejado atrás al emergente mercado autóctono de China, que se vanta de la escalada de marcas como por ejemplo MG o BYD –claramente insuficiente si se observan los datos de final de año–.
En Europa, por otro lado, el crecimiento ha sido más moderado, si bien el Y se ha mantenido cómodamente por encima de las 250.000 unidades, mucho por encima de vehículos históricos de empresas regionales como Peugeot, Volkswagen o Renault. Para aterrizar en el mercado europeo, Tesla ha dado solución parcial al principal problema del coche eléctrico en los mercados comunitarios: unos precios demasiados elevados para unos consumidores con rentas más bajas que sus homólogos chinos y norteamericanos. Así, Tesla ha rebajado el precio de su modelo franquicia, hasta situarlo, en ecosistemas como el alemán, cerca de un 20% por debajo de la media del conjunto del sector del coche eléctrico. «Como resultado –sentencia Muñoz– Tesla es la primera marca que viene a la mente de los consumidores cuando buscan un coche eléctrico».
Romper la racha del Japón
A pesar de que al mercado europeo la competencia de Tesla son los vehículos locales, como por ejemplo el 208 o el T-Roc; así como el emergente MG3, el verdadero rival a batir para la firma de Musk es, ya hace años, Toyota. Todavía ahora, de hecho, la compañía japonesa ocupa el segundo y el tercer lugar en el podio de los más vendidos del ejercicio, con el RAV4 completando el 2023 con cerca de 1,1 millones de unidades entregadas y lo Corolla superando el millón de matriculaciones. A pesar de la «fuerte presencia» de la multinacional dirigida por Koji Sato en todos los mercados clave para el automóvil, la falta de opciones eléctricas puras para sus modelos de referencia les ha hecho perder relevancia entre unos consumidores que entomen cada vez más la transición hacia la movilidad alternativa.