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Terra Pagesa: la cooperativa que desafía el monopolio alimentario

Las grandes distribuidoras de alimentación controlan el 70% de lo que llega a nuestras bocas. La gran concentración que tienen estas empresas les permite ajustar los precios como mejor les conviene. Esta situación aprieta a la agricultura catalana, ya muy maltratada por la entrada constante de productos del exterior, que ve reducido su público objetivo a los pocos que llegan a las tiendas de proximidad. Cambiar las reglas del juego no es una tarea sencilla, sino una carrera de fondo que algunos ya han comenzado a correr. Terra Pagesa es una iniciativa que busca hacerse un espacio en el mercado con la colectivización de los productos de varias empresas. Una iniciativa con alma de cooperativa que pretende poner los recursos de distribución a disposición de todos aquellos que no los tienen y llevar a Barcelona alimentos, bebidas y vinos de proximidad.

“No es la típica cooperativa agrícola” explica Gisela Varias, directora de la iniciativa. En este sentido, la responsable argumenta que cada marca tiene su espacio dentro de la cooperativa y aunque las decisiones se toman en conjunto, la clave es aprender a distribuir donde pueda haber retorno. Además, la directora también recuerda que trabajan con precios justos y, por lo tanto, se harán un hueco en esa cuota de mercado que busca una cadena de producción equitativa donde los agricultores “puedan ganarse la vida”. Así, Varias asegura que sus públicos objetivos actuales son escuelas, centros de trabajo y hospitales, es decir, espacios que deben gestionar grandes volúmenes de comida y que normalmente actualizan su menú con productos de temporada. Terra Pagesa quiere dar el típico servicio de matchmaking que muchas pequeñas empresas no pueden asumir. Buscar posibles compradores y acercarles los alimentos para facilitar el trabajo a los agricultores y elaboradores, siempre preservando las marcas y la identidad de los productos.

Según los datos publicados, las cifras de la cooperativa auguran un buen rendimiento para los próximos años. El año pasado cerró el ejercicio con un valor económico de 177.595 euros percibidos por los productores y productoras, y con 2.175 pedidos que suponen la gestión de 122.569 kilos, básicamente de fruta y verdura, lo que supone un incremento del 355% respecto al año anterior. El número de artículos convencionales gestionados supuso el 53% del total, y el de ecológicos, el 47%, mientras que la fruta representó el 36%; la verdura, el 62%, y el resto fueron huevos, miel y conservas, aceite y legumbres. La iniciativa este año ha cerrado el año con una facturación de 124.000 euros y ha contado a lo largo de 2024 con 34 productores adheridos que han dado servicio a 18 comercios y a tres empresas gestoras que, a su vez, sirven a 43 escuelas de las comarcas de Barcelona. No obstante, los pasos para el futuro son ampliar esta red de centros y entrar en otros mercados más complicados como el hospitalario: “Hemos tenido muchas conversaciones, pero nada definitivo”, confiesa Varias.

Con pies de plomo, pero paso firme

El centro logístico de Terra Pagesa, que abrió en enero de 2024, dispone de 280 metros cuadrados que permiten la recepción de productos, el almacenamiento de artículos frescos en dos cámaras frigoríficas, y de los secos, en una zona a temperatura ambiente, así como la gestión y la preparación de pedidos y la entrega in situ a los compradores. Ahora bien, Varias también toca de pies en el suelo y asegura que cualquiera de sus productores de momento no puede vivir solo de Terra Pagesa, “ya me gustaría”, remarca la directora de la iniciativa. En este sentido, la cooperativa pretende que los elaboradores y productores lleven una parte de su stock y que poco a poco vaya creciendo a medida que lo hace la demanda. Desde el otro lado, Varias también confirma que sus clientes “tendrán que tener más de un proveedor«, ya que “Terra Pagesa trabaja con productos de temporada y con cantidades limitadas”, describe.

Alcachofas en el mercado de frutas y verduras de Mercabarna / Caterina Tallón / ACN

Los vinos, un producto con recorrido en la cooperativa

Según explica Varias a Vadevi, la cooperativa cuenta con Bodegues Visendra, del municipio Les Pobles, en Tarragona. David Sendra, su propietario, se sincera con este diario y reconoce que a la iniciativa “aún le queda mucho por hacer”. De hecho, el vino es un producto extraño para encontrarse en una cooperativa tan centrada en los menús de espacios donde no entra el alcohol. Ahora bien, Sendra recuerda que en otras de las iniciativas de la cooperativa, como por ejemplo los lotes de Navidad, es un elaborado que encaja a la perfección. Así pues, Sendra considera que es necesario formar parte de esta cooperativa para mantener la lucha por los precios justos, pero también reconoce que “hay mucho por hacer”. La realidad del bodeguero no es ajena a los fundadores de la iniciativa, de hecho, Varias concreta que el horizonte para llegar a sanear las cuentas podría ser 2028. Ahora bien, a diferencia del elaborador de vinos, la directora de Terra Pagesa confirma que pueden llegar muy lejos.

Aunque la visión de Sendra es más pesimista, lo que sí afirma el bodeguero es que la repercusión en ventas de su propia bodega puede ser mayor. En este sentido, describe que el mayor problema que tienen bodegas pequeñas como la suya es la distribución y, por lo tanto, tener una cooperativa que hace el trabajo de “bajar cada día a Barcelona y tocar puertas” puede ayudar al posicionamiento de su marca: “Con el boca a boca podemos construir una lista de clientes”, concreta. A pesar de las reticencias, Sendra mantiene que está comprometido con la causa. Tanto es así, que pretende proponer a la cooperativa la elaboración de una carta de vinos para recomendar desde la entidad. De esta manera, el elaborador cree que aún habría más posibilidades de posicionar nuevas marcas en Barcelona y alrededores y “salir de los vinos de siempre con nuevas propuestas”.

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