El aumento de la inflación alimentaria fue uno de los grandes problemas para la economía de muchas familias, que vieron como los precios de muchos productos aumentaban sin cesar a lo largo del año. Ahora, un año después, parece que la situación ha vuelto a la normalidad y los aumentos de precio se han relajado considerablemente. De hecho, muchos supermercados han anunciado en los últimos meses que han empezado a rebajar sus productos para volver a una cierta normalidad. El síntoma más claro de esta recuperación, de lo que se podría considerar normalidad, es que en estos primeros meses del año los supermercados están recuperando las cifras de kilos de comida vendidos, que durante el 2023 cayeron por primera vez a causa del alza de los precios. En este sentido, el secretario general de la patronal CEDAC, Roger Gaspa, asegura que «durante la segunda mitad del 2023 ya empezaron a caer los precios de las materias primas» y esta situación permite, asegura, que el sector «vuelva a la normalidad» y recuperar los márgenes previos a la crisis de precios, que rondaban, en general, entre el 1 y el 3%. Esta misma opinión la comparte el director general de los supermercados Sorli, Josep Figueras, que remarca que en los últimos meses ya ha habido varios productos que han visto como su precio caía, sobre todo las frutas y verduras, incluso llegando al 7%, cuando el año pasado muchos supermercados tuvieron que «renunciar a los márgenes» de beneficio.
En este sentido, Gaspa apunta que en un sector altamente atomizado, como es el de la alimentación, a los supermercados les cuesta mucho aumentar o rebajar los precios sin una justificación clara. Es por eso que ya predice que los precios seguirán bajando o aumentando en función del comportamiento de los precios en origen esencialmente. Por otro lado, Gaspa también apunta que una manera de reducir los precios, o aumentar los márgenes por parte de las empresas, puede ser la apuesta por la inversión en eficiencia energética y la automatización de varios procesos, puesto que permite reducir los costes. A la vez, Figueras remarca que esta normalidad que se ha conseguido ahora podría cambiar en cualquier momento, ya sea por cuestiones geopolíticas como por las climáticas, que son dos vectores que han ganado peso dentro del sector y que provocan mucha «volatilidad».

Desde Mercadona, su presidente y propietario, Juan Roig, ya aseguró durante la presentación de resultados que el 2024 ha empezado con una reducción del precio de las materias primas después de una “inflación impresionante” a causa de las «guerras, la escasez y la especulación«. “Ya estamos viendo una bajada de precios, pero siempre cuesta más bajar que subir”, recordó el presidente de Mercadona. Al mismo tiempo, Roig añadió que Mercadona, consiguió «rebajar la cesta de la compra más del que subió la inflación».
El único supermercado que se ha comportado diferente al resto es Ametller Origen. El grupo catalán decidió ya hace años apostar por un modelo que no necesariamente comportaba tener los precios más bajos. Esto provoca, en principio, que tendrían que haber sido uno de los más perjudicados por la crisis, puesto que decidió no cambiar el modelo todo y la crisis, incluso a expensas de «perder ventas», según ha asegurado esta semana el consejero delegado del grupo, Josep Ametller en la presentación de resultados. Aun así, el empresario assegura que consiguieron mantener la inflación de sus productos en el 7% durante el 2023 y que este año lo están limitando al 3%. Todo ello provocó que lo no solo consiguiera aumentar la facturación más de un 20% sino también el número de tickets.
Reivindicaciones campesinas
Otro de los grandes puntos de inflexión del sector agroalimentario de este principio de 2024 han sido las protestas y manifestaciones de los campesinos en todo Europa. En este sentido, todos los actores remarcan su empatía hacia el sector primario. El más contundente fue Roig, que aseguró que «los agricultores y ganaderos tienen razón que tienen que ganar dinero» para poder ser competitivos. “Nos estamos jugando la alimentación. Tiene que ser rentable producir para asegurar la cadena. Somos el huerto de Europa”, aseguró el empresario.
Por otro lado, Gaspa apunta que el sector comparte cuatro grandes luchas con los agricultores como son la igualdad de costes respecto de las importaciones de fuera de la UE, la «excesiva carga administrativa», tener unos calendarios razonables para poder invertir y una mejora ley para la cadena de valor del sector. Sobre este último, el representante de la patronal asegura que todos los actores «se tienen que poder ganar la vida». Aun así, Gaspa apunta que en la mejora de la ley hay discrepancias con el sector y que por culpa del cumplimiento de la actual ley «llega la crisis de precios», porque, en parte, cuando «subieron los precios en origen acabaron repercutiendo en el precio final durante la crisis inflacionaria» a los supermercados.
Unas reflexiones que también comparte Figueras, puesto que asegura que «toda la cadena de valor tiene que tener margen suficiente para poder subsistir y reinvertir» en sus negocios. Si esto no pasa, asegura, el mercado se acabará «empobreciendo» y esto no es ninguna buena noticia. Por último, también comenta que todos los protagonistas tienen que tener la voluntad para llegar hasta este punto, desde las administraciones hasta los campesinos, pasando por los supermercados.
Por último, Ametller comenta que sobre todo empatizan con el pequeño productor «que quiere hacer las cosas bien» que ve como exigencias burocráticas actuales son muy elevadas. Es por eso que reclama que estos profesionales puedan tener un acompañamiento por parte de las administraciones para que «nadie se quede por el camino». Por otro lado, Ametller comenta que su idea es poder aprovechar sinergias de todo tipo, para poder ayudar pequeños productores que toda esta tarea burocrática «se los hace pesada». En definitiva, el consejero delegado de Ametller Origen reclama que puedan ser compatibles los altos estándares de calidad que se reclamen con una remuneración adecuada.