El gobierno español dejará caer, en poco menos de 72 horas, buena parte del reiterado «escudo social» que levantó durante los peores momentos de la crisis inflacionaria. En una medida cuestionada por la izquierda, los sindicatos o las agrupaciones de consumidores, Pedro Sánchez intentó paliar la escalada del precio de la cesta de la compra con rebajas en el IVA de productos esenciales, como una multitud de alimentos básicos o la factura de la luz; además de una serie de medidas, como las bonificaciones a los billetes de transporte público, que debían servir para aligerar el peso sobre las rentas del trabajo de la espiral inflacionaria. El 1 de enero, muchas de estas políticas desaparecerán definitivamente del panorama de consumo del Estado, volviendo el gravamen directo de muchos de estos ítems necesarios al que había antes del estallido de la guerra en Ucrania. Así, los ciudadanos volverán a notar en los tiques de compra y las facturas de los suministros una presión ausente desde 2022.
Entre las retiradas más llamativas está la del IVA reducido a los alimentos básicos. Varios productos fundamentales para los patrones de consumo en el Estado -el aceite de oliva, que parece recuperarse de las tensiones en el mercado; pero también la leche, el pan o los huevos- recuperarán el peso impositivo de antes de la pandemia. Cabe recordar que el retorno de las tasas había sido progresivo: si bien el primer movimiento de Moncloa eliminó completamente el impuesto al valor agregado, reduciéndolo a cero, en 2023 hizo una primera escalada, hasta el 2% en aquellos productos a los que tradicionalmente se aplicaba el tipo superreducido y hasta el 4% para los regulares. A partir del 1 de enero, los más bajos volverán al 4%, mientras que los medios se situarán en el 10%. El ejecutivo de Sánchez defiende la medida con los datos de inflación en la mano: mientras que durante 2022 y parte de 2023 el IPC alimentario llegó a escalar a tasas de entre el 14 y el 15%, actualmente ronda el 2%. Es decir, la comida se encarece anualmente a un ritmo más normal.

La factura de la luz también sube
El retorno a la etiqueta tradicional no solo afectará, sin embargo, al supermercado. También la factura de la luz recuperará el IVA anterior a la crisis inflacionaria. Cabe recordar que los precios energéticos, especialmente el mercado gasístico, fueron los grandes protagonistas de la espiral de precios a partir de 2021. Como en el caso de los alimentos, la electricidad vio reducido a mínimos su IVA a raíz de la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron los ciudadanos tras la pandemia. El 1 de enero, sin embargo, el impuesto volverá a cargar la luz con un 21%. Según la OCU, el retorno de los 21 puntos elevará los costos energéticos de los hogares del Estado unos 118 euros anuales. Fuera de este paquete, los catalanes -especialmente los barceloneses- notarán también un aumento de su factura del agua, de un promedio del 5,95% en términos interanuales, unos 1,5 euros en cada pago. En este caso, es el AMB quien ha tomado la decisión, y aduce las «inversiones en la red fruto de los efectos de la sequía».
Transporte público, depende de la línea
Permanecerán en vigor, sin embargo, algunos de los beneficios previstos para el transporte público. En concreto, la gratuidad de las Rodalies se ampliará seis meses, hasta el verano de 2025. El billete a cero euros estará disponible para los trenes locales, así como la media distancia y las líneas de autobuses de competencia estatal para los usuarios habituales. También sobrevivirá la rebaja del 50% para los viajes en tren de alta velocidad. Las bonificaciones, sin embargo, decaerán en la segunda mitad del año: el billete gratuito pasará a integrarse en una tarifa plana de 20 euros, mientras que los jóvenes de entre 15 y 26 años podrán acceder por 10 euros mensuales. Todo ello, sin embargo, afecta solo a las líneas que son competencia del Estado: los precios de los servicios operados por TMB, por ejemplo, se encarecerán un 3% a partir del 15 de enero. Una T-Casual, por ejemplo, se encarecerá unos 40 céntimos, mientras que la T-Usual básica se irá hasta los 22, unos 65 céntimos más. La T-Jove, por su parte, ganará más de un euro.