La Índice de Precios de Consumo vuelve a superar el 2%. Después de un mes de junio en que se consiguió bajar la inflación de la referencia marcada por los bancos centrales, el Instituto Nacional de Estadística ha confirmado un repunte de cuatro décimas durante julio, hasta el 2,3%. Según los datos del organismo, el repunte responde principalmente al escalada de los precios de los carburantes, que se encuentran en máximos del 2023 por la intensa demanda generada por la operación salida; así como de los alimentos, que se mantienen por encima de los 10 puntos impulsados por el encarecimiento de las frutas y verduras -afectadas por la sequía- y del aceite. La inflación subyacente -la que excluye los elementos más volátiles del cálculo de precios, los alimentos no procesados y la energía- recupera la tendencia alcista después de cuatro meses a la baja y se sitúa en el 6,2%, tres décimas más que el mes de junio.
Así, según los datos del INE, el vertical de transporte, que incluye los carburantes, escala seis décimas en el país en el último mes, y acumula un encarecimiento del 5% desde enero, cuando el gobierno español retiró la bonificación de 20 céntimos el litro de gasolina. Por su parte, la curva de precios de los alimentos continúa en clara subida, con un adelanto en relación en junio del 0,5% que mantiene la tasa de precios por encima de los 10 puntos. Por su parte, el grupo de vivienda, que incluye el precio de la electricidad, se mantiene estable el séptimo mes del año y sostiene una deflación del 13,2% en comparación con el mismo periodo del 2022. A la banda de los retrocesos de precio destaca también el de la ropa y el calzado que, según el INE, madriguera en Cataluña un 8,6% en los últimos 30 días, y acumula una bajada de más de 11 puntos en el que llevamos de 2023.
En cuanto a los alimentos, el ligero repunte de cinco décimas que recoge la INE en Cataluña se concentra principalmente en la rama de frutas y verduras. La fruta fresca, según el organismo, habría escalado un 8,8% en comparación con junio, y acumula una inflación anual de la 11,6% afectada principalmente por la sequía y la subsecuente caída en la producción. Destaca también el alta tensión de precio que concentra el aceite. El grupo de aceites y grasas se ensarta hasta el 20,4%, y acumula un encarecimiento superior a los ocho puntos durante la primera mitad y pico del 2023. Ningún subsector alimentario, según los últimos datos del Instituto, registra una bajada en comparación con el 2022.

La subyacente impulsa más medidas
Con el último informe de precios, la inflación subyacente se mantiene mucho por encima de la tasa general, unos cuatro puntos más. El índice de precios sin alimentos no procesados ni energía recupera la tendencia al alza después de acumular cuatro meses consecutivos de contracciones -desde febrero, cuando logró máximos del 7,6%-. El sostenimiento de estos niveles inflacionistas justifica, según la posición de Moncloa, que se mantengan medidas de reducción de precios como por ejemplo la bonificación del IVA al sector alimentario. El ministerio de Asuntos Económicos situaba el umbral para la revocación de la medida en el 5,5%, siete décimas menos del punto en que se encuentra el IPC a cierre de julio. Mientras la subyacente sea superior a la general, según las previsiones del BCE, se puede prever que la tendencia inflacionista se mantenga.
Lejos de los mercados europeos
Si se compara con los principales mercados del entorno, la inflación en Cataluña se mantiene muy lejos de los niveles de precios que sostiene el resto de la Unión. El IPC europeo se mantiene durante julio en el 5,3%, tres puntos por encima del dato catalán. Por su parte, Francia registra un ligero enfriamiento de los precios durante el séptimo mes del curso, del 0,2%, que deja el índice en un 4,3%; mientras que Alemania, en plena recesión económica y todavía con importantes problemas en el sector energético, la referencia de precios se sitúa en el 6,2%, un retroceso de dos décimas si se compara con junio.