Después de casi dos años de crisis energética, con precios de la luz y el gas disparado para empresas y consumidores, este mes de abril ha culminado el retorno al suelo de unas facturas que acumulaban meses por los aires. Según los últimos datos del Operadora del Mercado Ibérico de Energía, el indicador de referencia de los precios energéticos en el Estado español y Portugal, durante ocho horas del próximo domingo el precio de la electricidad estará bajo cero. En concreto, entre las 10 y las 19 horas, el megawatt/hora se ofrecerá a precios negativos; con el mínimo absoluto entre las 15 y las 16 horas, cuando costará -1,50 euros.
Con este intenso retroceso del precio, el abanico de referencia eléctrica se quedará en los 2,17 euros durante todo el día, una cifra inimaginable hace solo un año. De hecho, la mitad de las horas del mes de abril se han quedado a cero, con un 20% del total en precios negativos. La tendencia constata con el mismo periodo de ahora hace doce meses, un abril del 2023 con un precio mediano de 55 euros la hora. Un umbral, justo es decir, que ya se había hundido respecto de los máximos de un año antes, cuando llegó a bordear los 200 euros el MWh bajo los efectos de la intensa crisis del gas ruso. La dependencia de los hidrocarburos de países terceros ha impulsado, de hecho, una profunda reforma del mercado energético europeo que recoge cuestiones como los contratos por diferencia para garantizar la rentabilidad de la generación verde; así como un nuevo anclaje del modelo marginalista para sostener unos costes equilibrados para los clientes finales.

La generación renovable, protagonista de los precios bajos
Después de años de golpazos al bolsillo del consumidor por culpa de las tensiones generadas por el gas natural dentro del modelo marginalista, las renovables ocupan ahora un rol central al mix del Estado y Portugal. Este sábado, la eólica supone un 20% del total generado en el territorio español, con cierta diferencia la tecnología con más incidencia sobre el pool. La solar, por su parte, ya escala hasta el 15% del total. Las posiciones se intercambiaron el pasado viernes, cuando la fotovoltaica aportó en la red eléctrica estatal 160 GWh, por los 147 de los molinos de viento. Las principales renovables, así, se consolidan como las primeras espadas del sistema eléctrico español, lejos ya de la nuclear y la hidráulica. El bajo coste y la ausencia de presiones de mercado en las redes sostenibles reducen sustancialmente el precio -hasta hacerlas, justo es decir, difícilmente amortizables para los inversores, hecho que se ha tenido en cuenta con la concesión que suponen los nuevos contratos europeos por diferencia-. El mix energético del continente, pues, es más económico cuando es más verde.