Cuatro días después de que comenzaran oficialmente las rebajas, los comercios locales de Barcelona continúan viendo cómo los grandes centros comerciales y las grandes tiendas siguen captando a los que hace unos años eran gran parte de sus clientes. Durante el invierno y la campaña de Navidad se han visto buenas cifras y no se espera que haya malos resultados en estas rebajas, pero desde los comercios locales de Barcelona se ha vivido una primera semana de descuentos tranquila comparada con las de otros años. Sergio Moral, presidente del Eix Comercial del Nou Eixample, comenta que desde hace un par de años se observa menos gente en las tiendas del barrio y por los ejes de los distritos de la capital. “No han comenzado muy bien las rebajas, no está habiendo alegría”, declara Moral. Por parte de los negocios, la oferta tampoco es tan atractiva como en otros años: tal como constata Jordi Arias, presidente del eje comercial de Sant Antoni, “los descuentos no son muy fuertes porque no hay mucho stock, la mayoría ronda el 20 o el 30%”.
A pesar de las ausencias de las primeras jornadas, las entidades comerciales de la ciudad mantienen un «optimismo razonable» para el conjunto del período de rebajas. Así lo constata el presidente de Barcelona Comerç Pròsper Puig, que considera que la baja afluencia que se nota desde el día 7 entraba dentro de las previsiones de los comerciantes. «Se esperaba que los primeros días fueran tranquilos, seguramente el fin de semana sea mejor», declara Puig. Es cierto, sin embargo, que los descuentos se han esparcido por el calendario, lo que provoca que las semanas posteriores a reyes «no sean tan brillantes» como en otras ocasiones. Esta es, para el presidente de Pimec Comerç Antoni Torres, una de las características que el tejido comercial todavía conserva respecto de la competencia. «Las grandes cadenas trabajan con la ilusión de tener algo que normalmente se les escapa a los consumidores – grandes descuentos que llaman la atención y se basan en el impulso», denuncia Torres. En cambio, unas tiendas de base que «hacen los descuentos que pueden hacer a unos clientes que ya los conocen».
Ahora bien, a juicio de Moral, la “tranquila” afluencia de las primeras jornadas “no es cuestión de precios, porque los precios siempre son competitivos”. Además de los centros comerciales, los negocios de barrio se enfrentan a toda la competencia que supone el e-commerce. Tal como apunta Moral se observa un cambio en los hábitos de consumo y una diferencia generacional entre los clientes jóvenes de menos de 40 años y aquellos que siguen comprando en comercios locales. Se está dando un cambio en las preferencias en el que el primer perfil de comprador tiende a elegir la opción de recibir el producto en casa directamente por encima de la confianza y la proximidad que los clientes tradicionales buscan en el comercio de barrio. «Antes arrancábamos fuerte desde la primera semana», rememora el presidente de la entidad; mientras que los últimos dos o tres años «se ha comenzado más lento». «Creemos que quizás la gente aprovechó el Black Friday», una festividad importada de los Estados Unidos que, como insisten a menudo los pequeños comerciantes, no encaja con sus márgenes, ni siquiera con sus objetivos de venta.

Para seguir adaptándose a un público cambiante, los comercios de barrio buscan nuevas estrategias de negocio, no solo en los descuentos, sino también en la promoción a través de las redes sociales para incentivar mediante otros canales a los compradores y así atraer a más gente. Moral lamenta que llamar la atención de los clientes por internet es una tarea que requiere tiempo y esfuerzos por parte de los comerciantes, que suelen ser autónomos o familias que sacan adelante los negocios con menos herramientas que las grandes marcas.
Más allá de las preferencias comerciales de los clientes, Puig recuerda que el rendimiento que se da en los comercios locales -también durante las rebajas- está vinculado con la capacidad de gasto de las familias del barrio. Este año, como muestran los datos de los principales sindicatos, las rentas del trabajo comienzan a recuperar lentamente el poder adquisitivo perdido durante la crisis inflacionista, aunque todavía no han salido del todo del túnel. En los ejes comerciales del centro, apunta Puig, el perfil de consumidor es otro: un turismo con más capacidad de compra, que aleja estos negocios del fundamento material de la ciudad. “Los turistas continúan allí, pero los comercios de barrios siguen viviendo de los barrios”, sentencia el presidente. Con todo, después de una buena campaña de Navidad donde se han superado los resultados del año anterior, las expectativas de ventas para este período de rebajas permanecen halagüeñas, a pesar de que «el género no es tan abundante».
Más contratación en logística y transportes
La evolución de las plantillas en el conjunto del sector comercial fundamenta las tesis de los vendedores de una cierta transición a las ventas digitales. Según un estudio de Randstad, una empresa de recursos humanos, se prevé que esta temporada de rebajas generen en Cataluña 31.400 contratos, un 22,3% más que el año anterior. El mayor incremento de estas nuevas contrataciones sería en los sectores de la logística y el transporte. En el Estado español supondría un incremento del 63,7% en 2024 al 67% en 2025 solo para estos sectores sobre el total de empleo generado durante esta campaña.
Aun así, Torres recuerda que las contrataciones en los pequeños y medianos comercios continúan estables, lo que supone un buen indicador para saber en qué situación se encuentran los establecimientos locales. Además, las mejoras de plantilla en los locales de barrio tienden a ser más fiables que en sus contrapartes globales: mientras las grandes cadenas experimentan un pico de contratación en la época de Navidad que luego se revierte una vez pasan las fechas más señaladas, el comercio local y de barrio ve cómo el empleo se sostiene también durante las rebajas.

La competencia de los descuentos anticipados
Aunque los descuentos que se están ofreciendo al inicio de las rebajas en los comercios de barrio no son muy altos en comparación con lo que pueden ofrecer grandes marcas, desde los ejes comerciales admiten que lo que supone más problemas para ellos no es el porcentaje de la oferta, sino cuándo comienza. Las tiendas de barrio ya hace tiempo que protestan sobre el inicio de los descuentos antes del 7 de enero, fecha tradicional del inicio del período. En este sentido, Arias cree que estas rebajas anticipadas provocan campañas desleales que hacen que las compras no se concentren en una única época, e insiste en que debería haber una unión comercial fuerte para empezar a aplicar los descuentos en la misma fecha. “Todos los negocios deberían ponerse de acuerdo para comenzar el día 7”, coincide Puig.