El parque de viviendas de alquiler en Barcelona ha crecido un 116,4%, en el periodo entre el 31 de diciembre de 2009 (106.018 viviendas) y el mismo día de 2023 (229.405 viviendas). El número de fianzas vigentes ha crecido año tras año, excepto el año 2020, marcado por la pandemia de la covid-19. Ahora bien, en 2023 solo un 11,6% de las viviendas de alquiler acabaron contrato y se volvieron a alquilar. Así pues, hubo menos nuevos contratos, todo y el incremento global del parque. Esta situación determina, pues, que la reforma de los contratos de 2019- que pedida que la vigencia fuera de mínimo 5 años- fue todo un éxito, puesto que más personas pudieron aplazar su renovación de contrato gracias a la normativa.
Estos son algunos de los principales resultados del laboratorio
La principal conclusión por la cual este 2023 ha sido el año en que los contratos no han aumentado, pero sí el parque de alquiler es la vigencia de la nueva normativa hacia la duración de estos contratos. El 76,3% de los pisos barceloneses de alquiler están sometidos a la modificación de la LAU del año 2019 que estableció unas duraciones mínimas de los contratos de cinco años, si el propietario es persona física, y de siete años, si es persona jurídica. Así pues, la reducción de la rotación, que además compuerta más estabilidad a los hogares, es la principal razón que explica que durante el 2023 hayan disminuido los nuevos contratos de alquiler (-37,6%), mientras que al mismo tiempo ha aumentado el parque de alquiler en la ciudad (+ 1,9%). «Barcelona es la única gran ciudad del Estado que aplica la medida, una medida que tiene por objetivo que no tenga que marchar nadie de casa suya porque le suben el alquiler de manera exagerada. Desde el Ayuntamiento tenemos la obligación de tener todas las herramientas para poderlo evaluar, conjuntamente con todos los agentes del sector», ha asegurado Laia Bonet, primera teniente de alcaldía, durante la presentación del informe.

Después del ‘boom’ inmobiliario y la covid
El laboratorio analiza en profundidad la evolución de los contratos de alquiler por periodos temporales. El periodo con el aumento más intenso del parque de alquiler se produjo entre el 2009 y el 2013, con crecimientos interanuales siempre por encima del 6,4%, con dos picos del 8,9% y del 12,2%. Estos datos concuerdan con después de la crisis de la vivienda del 2008, cuando los propietarios -tanto físicos como jurídicos- vieron más oportunidades de beneficio en el alquiler que en la venta. Este crecimiento se consolidó entre los años 2014 y 2016, cuando se mantuvo un incremento notable del parque de alquiler en la ciudad de Barcelona (entre el 6,4% y el 8,4%).
En cambio, durante el periodo 2017-2020, se notan los efectos de la reducción de la duración mínima de los contratos a tres años propiciado por la Ley 4/2013, con aumentos en la rotación hasta el 25,5% del año 2018, e incremento de la inestabilidad residencial de los hogares. El año 2021, a consecuencia de la dinamización postrecesión del año 2020 y, a pesar de la ley de contención de rentas, se registró el incremento más grande del número de nuevos contratos de toda la serie temporal estudiada, con 59.000 (+29%), debido en parte, también, al mantenimiento de una alta rotación, del 23,1%.