El mercado crediticio catalán, especialmente alrededor del sector inmobiliario, no vive su mejor momento. La intensa alza de tipo de interés impulsada por el Banco Central Europeo desde el otoño del 2022 ha retardado sustancialmente los préstamos en el país; y la negativa a deshacer el endurecimiento monetario no contribuye a mejorar la situación. A pesar de las buenas expectativas de los mercados financieros –que presionan por un recorte de los costes en la primera mitad del año–, el enero no ha sido paso diferente: según los datos de la Estadística Registral Inmobiliaria, publicada por el colegio de Registradores de la Propiedad, las hipotecas sobre vivienda cayeron en Cataluña un 14,2% durante el primer mes del 2024. Se trata de un batacazo en línea con el conjunto del Estado español, donde los acuerdos hipotecarios se retardan un 13,7% año a año.
En cifras absolutas, durante las primeras semanas del año se firmaron en el país 5.858 préstamos hipotecarios, frente a los más de 6.800 acordados durante el mismo periodo del año anterior. Justo es decir que este montante corresponde exclusivamente a la financiación de compraventa de viviendas. Si se amplía el foco al conjunto del mercado inmobiliario, la bajada es ligeramente menos intensa, de un 12,9% en términos interanuales. El conjunto de carteras abiertas en Cataluña en enero queda por debajo de las 7.400, respecto de las cerca de 8.500 registradas 12 meses antes. Justo es decir, además, que el enero fue un mes relativamente amistoso para los hipotecados –en comparación, cuando menos, con otros periodos recientes–. El euríbor cerró el primer mes en su nivel más bajo desde el febrero anterior, con un 3,609 que, de hecho, repuntó en febrero y continúa al alza durante la primera mitad del mes de marzo.

Menos hipotecas, pero más compras
Los datos del colegio de Registradores muestran un claro retroceso de las hipotecas sobre viviendas e inmuebles en general, que ya acumula una racha de un año en negativo. Ahora bien, las operaciones de compraventa en Cataluña no toman el mismo sentido. Durante el mes de enero, se transaccionaron cerca de 9.000 viviendas en el país, un incremento ligero del 1,6% respecto de las menos de 8.800 vendidas durante el mismo periodo del año anterior. Más intensa es todavía la tendencia alcista de las compraventas del sector inmobiliario al completo, con un 5,2% más de operaciones que ahora hace 12 meses, hasta superar las 16.500 en un mes. Justo es decir que la aceleración de la compraventa residencial sin hipoteca –pagando al contado, con recursos propios o préstamos familiares– es una tendencia que las entidades sectoriales ya hace tiempos que detectan. Sin ir más lejos, según datos del think tank Funcas, durante el 2023 más del 60% de las viviendas adquiridas en el Estado se pagaron sin necesidad de financiación bancaria.
Menos hipotecas en todo el Estado
Al conjunto del Estado, la tendencia es similar a la catalana, con una bajada del 13,7% año a año, unas 4.000 hipotecas sobre viviendas menos que el enero del 2023. El territorio más golpeado, con cierta diferencia, han sido las Baleares, con un paso atrás próximo al 32%. También destaca a la baja el mercado hipotecario andaluz, que pierde un 20% de su actividad en comparación con el año anterior; o el del País Valenciano, con un 16,5% menos. Más halagüeña es la situación en el País Vasco, con unos números rojos inferiores al resto de grandes mercados. En Euskadi se firmaron en enero un 8,8% menos de hipotecas, poco por encima de las 1.560; después de enero del 2023 que superó los 1.700 acuerdos de préstamo bancario para la adquisición de viviendas.