Las energías renovables se podrían convertir en el motor principal de la electricidad mundial de cara el 2025. Con esta afirmación cierra su informe anual el Agencia Internacional de la Energía (AIE), que medida -entre otros aspectos- la implementación de la energía verde en los diferentes países del mundo. Mientras el planeta avanza hacia un futuro sostenible, parece que Cataluña se queda en la estacada, con una ralentización prolongada del uso de estas energías. EolicCat, la Asociación Eólica de Cataluña y voz del sector empresarial eólico al país lamenta profundamente el papel de Cataluña en esta transición. Y es que según aseguran en un estudio: «Ya hace mucho tiempo que basura tarde».
El principal problema catalán es la lentitud en la cual se aprueban los proyectos eólicos. Jaume Morron, gerente de EolicCat explica que esta situación es causada por la situación del Gobierno: «Están acomplejados», asegura y añade que «hay partidos políticos y asociaciones que hacen presión porque no cambian las cosas». Morron se refiere a las asociaciones municipales que ponen por ante la transición energética la protección del paisaje. Una situación que solo hace que retrasar los avances hacia la sostenibilidad, según afirman los expertos. «En Cataluña hemos mejorado, pero todavía nos queda mucho camino para hacer», lamenta Morron, mientras insta en el Gobierno a «explicar bien esta situación».
De hecho, el gerente de EolicCat explica que «tenemos que llenar el jardín de máquinas», una metáfora que se traduce en la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos por Cataluña. «Si no lo hacemos, de aquí en unos años no podremos pagar el precio de la luz o directamente no tendremos porque no accederemos a renovables», alerta Morron. De hecho, incluso la Unión Europea ha dirigido esta cuestión y aseguran que la emergencia es de tal envergadura, que «hay luz verde para afectar individuos de algunas especies en el proceso», dice el gerente de EolicCat.

Para poner cifras a la situación catalana hay que retroceder hasta el 2017, cuando se aprobó la Ley 16/2017, del 1 de agosto, del cambio climático. Esta nueva normativa marcaba unos objetivos fijos a corto y largo plazo. Segundos quedó por escrito, el 2030 el 50% de la electricidad se tendría que producir con energías renovables, mientras que el 2050, toda la energía que genera Cataluña tendría que ser verde. Seguidamente, el 2019 se aprobó el Decreto Ley 16/2019, de 26 de noviembre, de medidas urgentes para la emergencia climática y el impulso a las energías renovables. Este texto abría la puerta para que las empresas tengan más facilidades en la hora de construir parques eólicos o fotovoltaicos en Cataluña.
Con todo, pero, Cataluña todavía se encuentra a la cola de Europa, con muchos objetivos para cumplir y poco tiempo para hacerlo. De hecho, Morron explica que Cataluña tenía que llegar al 2030 a una potencia de renovables de 10.000 gigawatts (GW). La cuenta atrás empezaba el 2020 y se traduce en una instalación de 1.000 GW por año. «Durante el 2021 y el 2022 no hemos llegado al millar de gigawatts» lamenta Morron y añade que «cada día que pasa crece la cifra de potencia anual para llegar a los objetivos».
Un mundo preparado para funcionar con energía verde
Los países del mundo se encuentran en una situación mucho más favorable que la catalana. En términos generales hay muchos inputs que sugieren que ya están preparados por el cambio. Tal como describe el informe del AIE, «el mundo está listo para producir tanta energía renovable en este lustre próximo como lo hizo en los 20 años anteriores». Para poner datos a estas afirmaciones, el mismo informa aprecio que las nuevas instalaciones de energías renovables se preparan por un nuevo récord de cierre del 2022. Una tendencia creciente, puesto que el 2021 ya se batió el récord con un total de 295 gigawatts generados a nivel mundial. «Se espera un crecimiento de hasta los 320 GW por el 2022», afirma el estudio, que añade que estos datos equivalen a la potencia de generación de electricidad de la Unión Europea a partir del gas natural.
Aun así, el hito más importante de las renovables es que se encuentran muy cerca de superar al carbón, que es la fuente de electricidad más grande del mundo. En términos concretos, el carbón aglutina el 41% de la capacidad de generar electricidad de todo el planeta. En cuanto a las renovables, ya se acercan al 30%, según el informe del AIE, el que las coloca muy cerca de superar la máxima del carbón. Por esta razón, EolicCat afirma que «el objetivo se podría lograr de cara el 2025».
La energía verde que más está creciendo es la solar fotovoltaica, que según el estudio podría llegar a representar el 60% del crecimiento mundial de energía renovable el 2022. Además, si la tendencia continúa siendo ascendiente, estaríamos hablando que solo esta energía ya generaría 200 GW a escala mundial al 2023, un hito que parece acercarse a las estimaciones finales de la AIE, que afirman que las renovables liderarán el mercado mundial de la energía. En cuanto a la producción de hidrógeno, también se espera que haya un crecimiento exponencial. De hecho, el EolicCat asegura que «la capacidad mundial se podría multiplicar por 100 en los próximos cinco años». Además, estas dos energías renovables han encontrado un nuevo mercado donde actuar, puesto que países como la China, Australia, Chile y los Estados Unidos aglutinarán 50 gigawatts de capacidad eólica y solar por el 2025.

Uno de los negocios que no acaba de arrancar a escala mundial es el energía eólica. Y es que su gran potencial de ser un motor no es comparable con la cantidad de incertidumbres políticas que vive el sector. De hecho, las regulaciones y el largo tiempo de espera para conseguir permisos, ponen la energía eólica en una posición mucho menos avanzada que otras energías verdes. El 2021, la eólica cayó un 32% a escala mundial respecto al 2020. Aun así, la cantidad de planes y nuevas instalaciones que hay previstas en todo el planeta hacen pensar que la tendencia se podrá recuperar.
En cuanto a la última fuerza creciente, los biocombustibles empiezan a coger más fuerza en el mundo. La crisis del carburante ha puesto en entredicho la principal fuente de energía del planeta y esto ha provocado que esta clase de renovables vuelvan a ponerse sobre la mesa. De hecho, se espera que los biocombustible aumenten su implicación en el consumo mundial hasta el 20% en los próximos cinco años. Según explica la Asociación Eólica de Cataluña, este incremento se está impulsando a través de políticas integrales en países como los Estados Unidos, Canadá, Brasil, Indonesia y la India.
El mundo se está convirtiendo en el epicentro del cambio energético y Cataluña está quedando atrás. Las políticas intervencionistas del estado español y las constantes reclamas de algunos colectivos que aseguren que no es la manera de avanzar, ponen el país en una posición muy por debajo del avance mundial. Y es que si el futuro tiene que ser verde, Cataluña todavía lo tiene negro. Porque tal como recuerda Morron: «Tener soberanía energética será el primer paso hacia la independencia como territorio verde, limpio y con futuro».