El mercado hipotecario se transforma en el Estado español. Tras dos años de tipos de interés disparados como consecuencia de la crisis inflacionista causada por la pandemia y la guerra en Ucrania, los consumidores han perdido la confianza en los préstamos a tipo variable. Así lo demuestran los últimos datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que revelan que más de un tercio de la financiación para operaciones inmobiliarias ya se acuerda a tipo fijo. En concreto, el 36% del capital prestado por el conjunto de la banca española ha llegado a los consumidores en estas condiciones. La entidad, así, apunta a una consolidación del paradigma que replanteó las normas del mercado a raíz de las intensas bajadas de tipos de 2016.
Entonces, recuerda la asociación, los consumidores españoles empezaron a apreciar productos financieros con «mayor cobertura ante las oscilaciones de los tipos de interés». A pesar de que el coste del dinero se mantuvo a cero durante varios años, los deudores han mantenido el foco en el tipo fijo. De hecho, en la última década se ha invertido por completo la tendencia, y las hipotecas estables no hacen más que ganar terreno al resto de opciones. Según la AHE, en 2015 el 72% de la financiación estaba otorgada mediante préstamos a tipo variable; mientras que ahora la ratio ha caído hasta el 49%. También han ganado terreno los contratos mixtos -que ofrecen una primera década de condiciones estables para después convertirse en variables-, que ya suponen un 15% del monto total. El protagonismo de esta demanda más estable, además, debería mantenerse a corto plazo: «esperamos que continúe la tendencia a medida que las ofertas hipotecarias continúen ajustándose a un entorno monetario más accesible», anotan desde la entidad.

La caída libre del Euríbor
El buen comportamiento de las hipotecas y la nueva composición de la demanda de los compradores se desarrollan en paralelo a una caída sin precedentes del Euríbor, la tasa sobre los préstamos interbancarios que sirve de guía para el mercado hipotecario europeo. El indicador cerró abril poco por encima del 2,1%, y las primeras variaciones diarias de mayo apuntan aún más bajo, lo que sugiere que podría caer por debajo del umbral de los dos puntos porcentuales. La banca europea descuenta, así, varias bajadas de tipos por parte del BCE, y prevé que el punto de equilibrio -la tasa sobre el crédito en la que se mantienen los niveles del 2% de inflación a medio plazo- estaría en torno al 1,8%.


