La inflación cierra el año con una marcada tendencia alcista, y se aleja del umbral del 2% que se marcan como objetivo las políticas monetarias del BCE. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, diciembre dejó en Cataluña un índice de precios de consumo del 2,9%, tres décimas más que el período anterior. El protagonista del encarecimiento, según el organismo, ha sido el sector del transporte. El encarecimiento de la gasolina ha sido el causante, acompañado por una subida de los precios del petróleo mucho más pronunciada que la de finales de 2023. Por su parte, la inflación subyacente -la que no incluye productos energéticos ni alimentos no preparados, los elementos más volátiles de la cesta de precios- sube dos décimas, hasta el 2,6%, y cierra el curso exactamente al mismo nivel que a finales de 2023, en línea con la dificultad ya prevista por el BCE para doblegar la presión inflacionista en el conjunto del Estado y de la Unión Europea.
A pesar de la relevancia de la gasolina y los hidrocarburos, un sector supera al energético en la tabla de precios de diciembre. Se trata de los paquetes turísticos, disparados más de un 3% durante los últimos 30 días, que han sido el producto que más ha aportado al alza del índice en el último mes del año saliente. Tanto en este caso como en el de los carburantes, en diciembre de 2024 se registra un ascenso de precios que contrasta con las mismas semanas de 2023, en que ambos paquetes se abarataron. Cabe recordar que el invierno del curso pasado no fue especialmente frío, y el consumo energético estuvo por debajo de las expectativas de un sector que se proveyó con fuerza para contrarrestar las incertidumbres de la guerra en Ucrania.

El elemento de equilibrio más sustancial es la alimentación. Durante los años centrales de la crisis inflacionista, los alimentos se encarecieron año tras año en el Principado a niveles superiores al 14% en algunos momentos. En 2023, ya en bajada, la inflación alimentaria se quedó cerca del 7%. Este año, según los datos del INE, esta tasa se ha moderado, y ya cae por debajo del 2% después de meses de caída libre. El aceite de oliva, inmerso en un intenso revuelo sectorial los últimos dos años, ha vuelto a una cierta normalidad de precios; con una rebaja del 12,3% en el último año, según datos del ministerio de Economía. Otros sectores afectados, como el del azúcar, también han bajado la temperatura en los últimos 12 meses.
El ministerio celebra los datos
El aumento de la tasa durante diciembre no ha dejado mal sabor al ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo. Según el departamento, el incremento del precio de los carburantes responde a los «efectos de base» en la comparativa con 2023 -es decir, que la subida parece más pronunciada si se compara con la bajada de diciembre del año anterior-. De hecho, recuerdan, la media inflacionista de 2024 ha quedado sustancialmente por debajo de la del ejercicio previo, cuando escaló hasta el 3,6%. Tanto los datos generales como la moderación alimentaria sirven para que el equipo de Cuerpo saque pecho de la gestión: el IPC a cierre de año, argumentan, «pone de manifiesto la eficacia de las medidas de política económica, que permiten compatibilizar el crecimiento con una reducción continuada de la inflación».