La inflación repunta con intensidad en pleno período veraniego. El índice de precios de consumo del mes de julio se ha disparado cuatro décimas, hasta el 2,7%, impulsado por los precios energéticos. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, los carburantes y la factura de la luz son los principales responsables del repunte inflacionista; disparados por efectos de base respecto de julio de 2024. También la actividad turística contribuye a elevar el índice de precios, con una tensión adicional en los servicios asociados, como los hoteles o la restauración.
Con este movimiento, la inflación encadena dos meses consecutivos al alza, y amenaza con llegar a los niveles con los que comenzó el año, cuando se situó en el 3%. Cabe decir que la subyacente -el índice que excluye los elementos más volátiles de la cesta de precios, como la energía o la alimentación no procesada- se mantiene estable desde principios de curso, y se sitúa en el 2,3%, una décima más que en junio, y una menos que en enero. En caso de confirmarse la tasa mensual, entonces la subyacente se mantiene cuatro décimas por debajo de la general.

El ministerio esquiva las alzas
El ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo ha restado importancia a la subida de precios registrada el pasado mes. Según el departamento, la evolución del IPC «es compatible con un fuerte dinamismo de la economía española, que se mantiene como motor de crecimiento entre los principales países europeos». Califica, de hecho, la situación actual de «estabilidad de precios»; y la sitúa en línea con «la creación de empleo y las subidas salariales». Cabe decir que el índice está sustancialmente por encima de las principales economías europeas: Alemania cerró junio con una tasa del 2%, mientras que Francia lo hizo con un 2,1%. Italia, todavía por debajo, terminó el segundo trimestre con un IPC del 1,7%.