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La compra de viviendas ya alcanza niveles de la burbuja inmobiliaria

La compraventa de viviendas continúa su escalada sostenida. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en abril se completaron 8.156 operaciones inmobiliarias en Cataluña, un 1,33% más que en el mismo período del año anterior. La comparativa con marzo es menos favorable: se registra una disminución del 21,15%. Sin embargo, gran parte de esta ralentización responde a la caída del mercado durante la Semana Santa, que este año se concentró en el cuarto mes del año. Con todo, el de 2025 es el segundo mejor abril desde 2007, en medio de la burbuja inmobiliaria y justo antes de la crisis financiera global. La actividad en Cataluña destaca también en el marco del Estado español: es el tercer territorio con mayor densidad de adquisiciones, solo superado por Andalucía (11.063) y la Comunidad Valenciana (8.156); y por delante de la Comunidad Autónoma de Madrid (6.604).

Del total de operaciones, según datos del INE, unas 6.639 correspondieron a pisos de segunda mano. Las 1.517 restantes fueron para viviendas de obra nueva. La nueva construcción es la que gana más terreno en el conjunto del Estado, con un aumento cercano al 30% respecto al mismo período del año anterior; mientras que las viviendas usadas solo registran una expansión del 12,5%.

Viviendas de Barcelona, en una imagen / ACN
Viviendas de Barcelona, en una imagen / ACN

Escalada hipotecaria

El repunte de las nuevas operaciones inmobiliarias se da en paralelo a una caída intensa del Euríbor, causada por la flexibilización de los tipos de interés impulsada por el Banco Central Europeo. Según los datos oficiales, la tasa comunitaria para las hipotecas ya roza el umbral del 2%, su nivel más bajo desde el otoño de 2022, en los primeros compases de la crisis inflacionista causada por la guerra de Ucrania. En este contexto, durante el primer trimestre del año -también de acuerdo con los estudios del INE-, el capital prestado para hipotecas se disparó un 25%, hasta los 25.469 millones de euros. Los análisis del sector alertan de una posible guerra hipotecaria en un contexto de alta demanda crediticia, que podría acelerarse durante la segunda mitad del año, cuando la banca busque alcanzar sus objetivos anuales de préstamos concedidos. Además, los elevados precios del alquiler y la falta de oferta centrifugan a muchos de los potenciales inquilinos hacia el mercado de compraventa.

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