La inflación cumple los pronósticos y se desploma seis décimas en febrero. El índice de precios de consumo catalán valla el segundo mes del año en el 2,7%, un importante paso atrás después de meses por encima de los tres puntos. Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística, dos de los subgrupos de productos que más tensión han provocado sobre los bolsillos de los catalanes son responsables de este retroceso: la energía y la alimentación. Después de una subida de precios durante febrero del 2023, la factura de la luz muestra una importante bajada interanual, del 12%. A su vez, la inflación alimentaria –una de las principales alarmas por los consumidores, después de haber logrado cotas superiores al 15% en los peores meses del último ciclo– se sitúa en el país en un 4,8%, su mínimo en más de dos años. Al conjunto del Estado, los datos alimentarios son similares, con una ralentización de la subida de costes de la alimentación de 2,1 puntos, hasta el 5,3%. La inflación subyacente, por su parte, continúa a la baja y se sitúa en el 3,5%, una décima menos que en enero.
Dentro del grupo de los alimentos, continúa sobresaliendo con mucho de margen el aceite, el único producto que continúa encareciéndose a un ritmo similar al de los momentos más tensos de la crisis inflacionista. Según los datos del INE, el IPC interanual de la rúbrica de aceites y grasas, muy marcado por el precio del aceite de oliva, se sitúa en el 46,7%; con una subida respecto del enero superior a los cinco puntos. El resto de los alimentos básicos, pero, muestran tendencias mucho más estables. Solo la fruta fresca y la carne de cerdo, dos perfiles de explotaciones muy marcados por la sequía, continúan cerca de los 10 puntos, con un 8,9 y un 9,7% respectivamente; mientras que el pez cae por debajo del 6%. Los cereales ya se acercan a cero, mientras que la leche continúa en negativo, con un abaratamiento interanual del 2%. El azúcar, otro de los productos que especialmente a finales del 2022 marcó el ritmo de los precios de consumo de la alimentación, ya se encuentra poco por encima del 3%.

A ritmo europeo
Después de meses entre los países con más inflación de la Eurozona, Cataluña vuelve a niveles equilibrados con su entorno. El 2,7% catalán se sitúa poco por encima del índice de precios alemán, que cae en febrero hasta el 2,5%; y en una escala similar a la neerlandesa, que cerró el segundo mes del año en el 2,8%. También cae por debajo del IPC en Francia, con un 2,9% que la sitúa entre los entornos con más tensión de precios de las grandes economías europeas. Lejos permanece Portugal, que ha conseguido combatir la inflación mucho mejor que el resto de países miembros: con un índice del 2,07%, la república frota ya los objetivos a medio plazo del Banco Central Europeo -lo difamado 2% a que aspira la presidenta Christine Lagarde antes de rebajar los tipos de interés-.
El ministerio, de celebración
A un ritmo similar que la rebaja catalana de los precios, el Estado cierra el febrero con un índice del 2,8%, seis décimas por debajo de enero; con una tasa alimentaria ligeramente por encima de los cinco puntos. Sobre estos datos, el ministro de Economía del gobierno español, Carlos Cuerpo, reitera la celebración por «la capacidad española de hacer compatible más crecimiento con una moderación de los precios y el sostenimiento del escudo social». El departamento subraya la importancia del retroceso de la inflación en la recuperación de las malogradas rentas del trabajo, en cuanto que mejora el poder adquisitivo; así como la competitividad de las empresas españolas, que ofrecen precios exportadores a niveles similares que los de su entorno.