El Govern ha anunciado este lunes que ampliará en 131 municipios la lista de zonas tensionadas para que se pueda limitar el precio del alquiler. La conselelra de Territori, Ester Capella, lo ha anunciado durante su visita a la Vall d’Aran. Territori ya ha empezado los trámites necesarios para añadir estas 131 nuevas localidades a la lista de municipios con el alquiler limitado. Entre otros, hay Vielha, Cadaqués, Begur, Besalú o Altafulla. Hasta ahora había 140 zonas tensionadas ya en vigor. En total, a partir de este lunes Cataluña tendrá 271 localidades con tope en el alquiler, lo que cubrirá una zona donde viven más de 7 millones de personas, es decir, el 90% de la población catalana.
Esta ampliación afecta a municipios de más de 2.000 habitantes repartidos por la geografía catalana, que tendrán que cumplir alguno de los requisitos que marca la Ley estatal: que las personas o familias dediquen más del 30% de sus ingresos a pagar el alquiler o hipoteca, incluidos los gastos y los suministros básicos, y que el precio de alquiler o compra de vivienda haya experimentado en los últimos 5 años un incremento acumulado de al menos 3 puntos por encima del IPC.
Hay que recordar que Cataluña fue el primer territorio de todo el Estado que aplicó estos límites a los precios del alquiler ahora precisamente hace un mes con el objetivo de frenar el aumento de los precios, especialmente en localidades del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y del litoral catalán. Según los últimos datos facilitados por la Agencia de la Vivienda de Cataluña, los precios de los alquileres bajaron un 5,4% el primer trimestre de este año, situándose en una media de 1.399 euros, y aumentaron un 10,5% respecto al cuarto trimestre del 2022.
Caída de la oferta de alquiler
El anuncio de esta ampliación tiene lugar el mismo día que se ha hecho público un estudio elaborado por Idealista que concluye que el número de pisos ofrecidos en el mercado catalán ha caído un 13% desde la aprobación del índice de referencia de los precios. Este informe precisa que la caída se ha extendido por las capitales de las cuatro demarcaciones catalanas: en Girona el número de pisos se ha rebajado un 21%, en Tarragona un 16%, en Barcelona un 14% y en Lleida un 9%. Ahora bien, el estudio de Idealista también apunta que el control de los precios «no ha tenido efectos inmediatos» y concreta que en el conjunto de Cataluña la vivienda ha subido de media un 4,3%.
