El precio medio de los carburantes continúa al alza a las puertas de la operación salida de verano. El combustible registra esta semana una subida del 0,8% y se sitúa en su nivel de precios más alto desde principios de mayo. en concreto, la gasolina ha saltado hasta 1,615 euros el litro, un 0,81% más, mientras que el diésel ya alcanza 1,465 euros el litro, una subida del 0,82%,según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea.
En el caso del gasóleo, los precios todavía no han escalado hasta los máximos de antes de la guerra de Ucrania. La gasolina, por otro lado, ya se eleva dos céntimos por debajo de los precios de febrero del 2022, con la invasión rusa recientemente comenzada. Aun así, ambos quedan todavía lejos de los inauditos más de 2,1 euros el litro que se lograron durante julio del curso pasado, el peor momento de la crisis inflacionista.

Un depósito menos caro
Con todo, rellenar un depósito diésel de 55 litros cuesta este verano unos 80,5 euros, muy lejos de los más de 95 euros a que se llegó durante el verano del 2022; mientras que los 88,8 euros que ahora mismo supone recargar un depósito de gasolina se encuentran unos 7,7 euros por debajo de los más de 96,50 a que se podía elevar hace doce meses. Justo es decir, además, que durante el julio pasado todavía estaba vigente la bonificación de 20 céntimos el litro instaurada por el gobierno español como parte del paquete de medidas para controlar los efectos de la guerra en Ucrania.
El Estado, por debajo del entorno
Con los niveles de precios confirmados este jueves por el Boletín Petrolero de la Unión, se puede constatar que los precios de los carburantes en el Estado se mantienen sustancialmente por debajo de los del entorno comunitario. La media de la Unión Europea, según los datos oficiales, escala a la Eurozona hasta 1,807 euros el litro, cerca de veinte céntimos más del que pagan los consumidores españoles; mientras que el diésel se paga de media en los países del euro a 1,629 euros el litro, un salto próximo a los 17 céntimos.