L‘índice de precios de consumo recupera en noviembre la tendencia descendente. Después de un tercer trimestre de encarecimientos generalizados seguido de un estancamiento de precios al en octubre, la inflación retrocede en noviembre en tres décimas, hasta el 3,2% -desde el 3,5% de los dos periodos anteriores-. Según los datos avanzados del Instituto Nacional de Estadística, el abaratamiento de la gasolina, más pronunciado que en el mismo mes del 2022, sería el principal protagonista de este ligero retroceso. También afectan los productos alimentarios, que a pesar de que conservan una tendencia alcista, se encarecen a un ritmo más lento que ahora hace un año. En sentido contrario, los precio de la luz sostiene el IPC por encima del 3%, en cuanto que su abaratamiento es sustancialmente más lento que el que se registró durante el pasado otoño. En caso de confirmarse estos datos, el Estado español revierte así la tendencia que había marcado el último año que la situaba como uno de los mercados europeos con mejor salud en cuanto a los precios de consumo. La tasa de noviembre, pues, se mantendría tres décimas por encima de la media de la zona euro, que cerró el octubre al 2,9% después de una caída sin precedentes de cerca de un punto y medio.
Más intensa es la contracción de la inflación subyacente -la que no incluye alimentos ni productos energéticos, y por tanto busca una tendencia estructural más allá de los factores más volátiles-, que registra en noviembre una disminución de siete décimas, hasta el 4,5%, la ratio más baja desde abril del 2022. Cómo en el caso de la tasa general, la subyacente española permanecerá, si se confirman las previsiones de la INE, por sobra de la media de la eurozona, que se situó en octubre al 4,2%; si bien se acerca bastante para considerar que mantiene el ritmo de los socios comunitarios después de cerca de un año con una importante rendija entre los dos datos: mientras que durante la primavera los países de la moneda única sostuvieron su inflación
Moncloa mantiene el optimismo
Malgrat que la ratio inflacionista sostiene un ritmo más elevado que la de los mercados vecinos, el gobierno español considera el dato avanzado para noviembre una «muy buena noticia». En su reacción a las cifras de IPC, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa Nadia Calviño ha destacado el protagonismo de carburantes y alimentación en el frenazo de los precios durante los últimos dos meses. También ha puesto en valor la contracción de la subyacente, un indicador que provoca que «los salarios continúen ganando poder adquisitivo y las empresas competitividad, aumentando su cuota de mercado incluso en un difícil mercado internacional». El equilibrio de precios entre el Estado y el resto de Europa dificulta, pero, la actividad del sector privado exportador, en cuanto que la baja inflación en comparación con la competencia ha contribuido con un rol central al alza de las ventas al exterior durante el último año.