La firma de nuevas hipotecas en Cataluña se hunde durante septiembre. Los créditos a la compra de viviendas retroceden en el país a cierre del tercer trimestre en un 31,8% interanual, hasta las 5.921 operaciones de financiación. En cuanto al capital concedido, se ha quedado en los 871 millones de euros, una bajada próxima al 33% si se compara con el mismo mes del año anterior. La crisis al mercado de la vivienda coincide con los máximos históricos a los que llegó el Euríbor durante el noveno mes del año, cuando frotó un difícil de recordar 4,15% -desde julio, de hecho, que el índice hipotecario de la UE no baja de los cuatro puntos-. La tendencia catalana es similar a la del conjunto del Estado español, que muestra, según datos del Instituto Nacional de Estadística, un retroceso próximo al 30% en préstamos hipotecarios. En la Comunidad Autónoma Madrileña, de hecho, la contracción es todavía más marcada, con un 32,8% menos; mientras que al País Vasco se modera hasta el 21,5% año a año.

El grande culpable de la bajada a las hipotecas en Cataluña son, de la mano del euríbor, los intereses. De hecho, al conjunto del Estado español, el tipo mediano al cual se están firmando los contratos hipotecarios escaló en septiembre hasta el 3,26% -un 1,26% por encima de septiembre del 2022, cuando se había quedado en los dos puntos-, en un endurecimiento de costes que va en aumento desde el verano del 2022, cuando el Banco Central Europeo comenzó su operación de subida de tipo para controlar la espiral inflacionista. De este modo, el mercado inmobiliario residencial español encadena seis meses consecutivos con un tipo hipotecario de más del 3%. Más larga es todavía la racha de retrocesos en la ratificación de préstamos: ni el Estado ni Cataluña registran un aumento de hipotecas desde enero de este año, con ocho meses consecutivos de hundimiento cada vez más pronunciado. La caída de septiembre, de hecho, es cerca de 10 puntos más pronunciada que la de agosto, cuando se firmaron un 22% menos de préstamos que el año anterior.

Recesión inmobiliaria

La caída de las hipotecas coincide con las previsiones del sector de una importante «recesión inmobiliaria» que se extenderá hasta, como mínimo, mitjan 2024. La ralentización de la compra de viviendas viene marcado claramente por el progresivo endurecimiento de las condiciones de crédito impuesto desde el BCE y transferidas al mercado por unas precavidas entidades bancarias. La subida del coste del crédito se divisa, además, larga: la presidenta del Banco Central Christine Lagarde ya avisó el pasado lunes que «no se puede cantar victoria» con la inflación, indicando las intenciones de Frankfurt de sostener el coste del dinero elevado «todo el tiempo que haga falta». De este modo, las estimaciones de las empresas inmobiliarias pueden ser, incluso, demasiado optimistas: si los tipos no se flexibilizan, la limitación a los préstamos se podrá mantener hasta que la política monetaria cambie.

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