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El comercio local se desinfla en unas rebajas de verano «diluidas»

La campaña de rebajas de verano deja un sabor agridulce en el comercio local de Barcelona. Mientras anteriormente se esperaban los meses de enero y julio para comprar con descuentos, desde hace unos años los vendedores han notado cómo los calendarios de las rebajas se van transformando a medida que se incorporan otras campañas, como el Black Friday o las mid-season sales. Esto se traduce en un verano con menos actividad en los comercios locales, que intentan seguir el ritmo de los grandes comercios y almacenes. Los comerciantes de varios ejes comerciales de la capital catalana comparten la percepción de que esta campaña de rebajas ha sido “floja”, lo que consolida los cambios que el comercio local ha estado viendo en los últimos años en esta época. Tras una Navidad con buenas cifras en las que se dispararon las ventas, y unas rebajas de enero bastante rentables, los comerciantes tenían expectativas similares; pero se han encontrado con “resultados decepcionantes”, explica Jordi Arias, presidente del eje comercial de Sant Antoni. Ahora se esperan las segundas rebajas, cuando los comerciantes proponen descuentos “más atractivos”, para mejorar los resultados. “Ahora en agosto aprovechamos para sacar el stock que nos queda y también terminar de liquidar algunas tallas sueltas para cerrar bien el verano”, explica Jordi Rifà, de la tienda Trade Moda Barcelona, situada en el Eixample.

En esta línea de ver una temporada baja de ventas, desde los comercios locales apuntan que durante estos meses de verano ha habido una disminución de la afluencia de clientes. “Menos gente se ha quedado en el barrio este junio y julio”, asegura Arias, que también destaca anecdóticamente que había lugares de estacionamiento libres en Sant Antoni, algo que habría sido difícil de ver en esta época años atrás. Estas observaciones están en línea con las expectativas que ya tenían los vendedores al inicio del verano, cuando ya se preveía que se dedicarían menos fondos al consumo. En este sentido, ya se anticipaba que los shocks económicos y las amenazas de recesión económica marcada por la guerra arancelaria invadirían inevitablemente el gasto de las rebajas haciendo que la gente se mostrara más prudente por las incertidumbres. De hecho, la demanda interna ha sido el factor clave para sostener el crecimiento del producto interior bruto en el estado español durante este segundo trimestre del año, ya que las políticas arancelarias de los Estados Unidos y la desaceleración de las principales economías europeas tambalean la sostenibilidad económica del Estado.

Dos personas miran zapatos en el interior de una tienda durante la temporada de rebajas / ACN
Dos personas miran zapatos en el interior de una tienda durante la temporada de rebajas / ACN

La pérdida «de efecto» de las rebajas

Aunque el consumo interno ha sido un factor relevante para salvar el crecimiento del rendimiento económico, esto no significa que las rebajas sean el foco de atención de este gasto doméstico. Desde los comercios locales se apunta a un nuevo escenario que se dibuja en cuanto a cómo se presentan las rebajas y los descuentos para los consumidores, que poco tienen que ver con la inseguridad económica, y que se va consolidando con el tiempo. “Aunque la campaña de enero sigue teniendo cierto efecto, porque con las compras de Navidad la gente pasea más por las tiendas y esperan los descuentos de después de Reyes, las rebajas se han desnaturalizado y cada vez son más diluidas”, explica Pròsper Puig, el presidente de Barcelona Comerç. El hecho de que se puedan encontrar productos descontados a lo largo del año, tanto en internet como en tiendas físicas, con campañas como las rebajas a mitad de temporada, las mid-season sales, o el Black Friday, que ya se ha consolidado completamente en Cataluña y a menudo se extiende más allá de un día, genera cambios en el consumo que chocan con las rebajas tradicionales que se quieren mantener. “Las imágenes de largas colas esperando para entrar a tiendas o grandes almacenes cuando comenzaban las rebajas en un día señalado ya no se ven”, destaca Arias, que apunta que las reducciones de precios fuera de temporada “han desvirtuado el efecto potente de las rebajas”. En este sentido, el comercio local ve que las épocas de ofertas ya no son suficientes para atraer clientes como se hacía anteriormente. “Tienes que lograr llamar su atención de otras maneras y adaptarte a los cambios, porque las rebajas han cambiado y las tiendas de proximidad no tenemos la misma capacidad que las grandes cadenas para aplicar descuentos al mismo ritmo”, añade Rifà.

Una tienda barcelonesa durante las semanas de ofertas que preceden el Black Friday / ACN
Una tienda barcelonesa durante las semanas de ofertas que preceden el Black Friday / ACN

La propuesta para volver a marcar un inicio de campaña

“Las rebajas las hemos matado nosotros mismos desde el sector, cuando se empezó a hacer descuentos antes del día que siempre se había marcado”, explica Puig, que lamenta que desde el sector del comercio no han sido «muy hábiles» en defender el modelo que hasta ahora funcionaba. En esta línea, también defiende que los comercios de proximidad son los que más acaban perdiendo en términos de negocio cuando se trata de ofertas, ya que no tienen el mismo potencial para competir. “El consumidor tiene interiorizado que puede encontrar ofertas cada día en tiendas de bajo coste y en internet, y se ha instalado una mentalidad del low cost con la que los comerciantes de barrio no pueden compararse”, añade. Además, esta búsqueda constante por el abaratamiento del precio final para el consumidor genera cambios en los beneficios de los negocios. “Cuando se intenta vender con más descuentos que anteriormente, el producto acaba encareciéndose fuera de temporada de rebajas porque si no el margen de venta se reduce y no se acaba sacando ningún beneficio”, señala Rifà.

Por eso desde los comercios locales se defiende un replanteamiento de cómo hay que enfocar las rebajas. “Deberíamos ponernos de acuerdo, tanto los negocios grandes como los pequeños, para establecer una fecha de inicio, como anteriormente”, señala Puig, que también destaca que, ya que administrativamente no se puede determinar cómo se deben hacer los descuentos, hay que buscar un consenso dentro del sector. A pesar de esta voluntad de los pequeños comercios, son conscientes de que las grandes cadenas también juegan con ventaja en el comercio online, donde las tiendas de proximidad pierden la partida.

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