Las compraventas de viviendas cerraron el 2022 con 646.241 operaciones inscritas, un 14,5% más que el 2021, según los datos del Anuario 2022 de la Estadística Registral Inmobiliaria presentado este martes por el Colegio de Registradores. El precio mediano que se pagó por una vivienda en 2022 fue de 188.036 euros, un 4,5% más que en 2021. Catalunya se encuentra entre los territorios con los precios más altos de todo el estado español y se sitúa por sobre la media nacional, con un precio de 221.162 euros.
En cuanto a los otros territorios caros, las Islas Baleares se llevan el premio más alto con 346.499 euros por una residencia. Seguidamente, viene Madrid, donde el precio de la vivienda osciló en torno a los 310.127 euros, mientras que en el País Vasco la media fue de unos 242.782 euros. Catalunya también se situó en 2022 por encima de la media nacional. Por otro lado, los territorios más baratos de España fueron Extremadura, donde la vivienda costó una media de 86.677 euros, Castilla-La Mancha, con precios que rondaron los 96.513 euros, y Murcia, por encima de los 109.000 euros, según los datos del Colegio de Registradores.
Crece la demanda extranjera
Los extranjeros compraron un 13,8% de las viviendas el 2022, por encima del 10,8% de 2021. De este modo, se rompe con la tendencia decreciente de los últimos cinco años de caída en el peso relativo de este grupo. En este sentido, desde el Colegio de Registradores explican que esta situación «muestra la fuerza actual de la demanda extranjera en el contexto inmobiliario». Aun así, Catalunya no pertenece en los territorios preferidos del capital extranjero, que han puesto por ante las Baleares, el País Valenciano o Murcia.
Por nacionalidades, el origen de la mayoría de extranjeros es el Reino Unido, los ciudadanos de los cuales suelen decantarse por viviendas en Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, en concreto Alicante. Los alemanes, otra de las nacionalidades más habituales, optan para comprar residencias en Baleares y Canarias; en cuanto que los chinos prefieren Barcelona y los portugueses, Galicia. En las provincias del interior, predominan las compras por parte de los rumanos, mientras que los marroquíes son compradores mayoritarios en el sur, pero también distribuidos en varias provincias del centro y norte.

