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Barcelona se moviliza para repensar el crecimiento del modelo turístico

Cataluña y Barcelona siguen siendo un polo de atracción de turismo de todo el mundo, con un sector que atrajo en el año 2024 más de 19,9 millones de turistas internacionales, marcando un récord en el número de visitantes superando los datos anteriores a la pandemia. Desde hace tiempo, varias asociaciones de vecinos de la capital catalana reivindican una sobresaturación de sus barrios por la gran presencia de turistas. En este marco, la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico (ABDT) ha convocado para este domingo 15 de junio una protesta para pedir el decrecimiento turístico, repitiendo la mediática manifestación que el año anterior reunió a miles de personas en Barcelona para pedir el “poner límites al turismo”, y donde también se vieron manifestantes disparando con pistolas de agua a los turistas. Este año, la ABDT vuelve a salir a la calle para alzar la voz contra el turismo, una industria “incompatible con la vida”, pero que al mismo tiempo se cruza con la aportación del sector al PIB catalán de hasta el 14%. 

La manifestación del domingo “no es en contra de la masificación, sino contra la turistificación, el monocultivo turístico”, explica Daniel Pardo, miembro de ABDT. Pardo apunta que su enfoque no es la masificación, donde a menudo se señala “de manera no desinteresada”, porque el problema “no es que hay muchos turistas, el problema tiene que ver con el sistema económico”. Por eso defienden que se necesitan políticas activas para el decrecimiento turístico como dejar de hacer promoción del turismo en Barcelona desde las administraciones, reducir la rentabilidad de la inversión turística y mejorar las leyes laborales del sector que “se sustenta sobre trabajo mal pagado” para poder establecer mejores “niveles de justicia laboral”. 

Dos turistas en la plaza Cataluña de Barcelona / David Zorrakino - Europa Press
Dos turistas en la plaza Cataluña de Barcelona / David Zorrakino – Europa Press

Entre estas medidas políticas para el decrecimiento, Pardo defiende que no tiene cabida la ampliación del aeropuerto: “Es una de las principales puertas de entrada de afluencia turística”. “Nos opondremos a la ejecución de este proyecto, que solo amplía el flujo de vuelos cuando se debería reducir, tanto por el decrecimiento turístico como por el ataque al planeta que supone”, añade Pardo. En esta línea, Pardo también señala el puerto como un punto clave para la llegada de turistas a través de los cruceros, defendiendo la “reducción progresiva y decidida del tráfico de cruceros hasta su eliminación”. “Los cruceros son un delirio para los barrios que consumen y afectan con mucho impacto, además de ser una industria altamente nociva por su efecto en el cambio climático”. A estas demandas también suman la necesidad de frenar el crecimiento de los alojamientos turísticos, no solo los pisos turísticos, sino también abordando las plazas de los hoteles y hostales.

La sostenibilidad y el reequilibrio del turismo

En cuanto a la vivienda, desde la ABDT creen que el modelo turístico actual “agrava” crisis como la del acceso a la vivienda que afecta actualmente a Barcelona y es más acentuada en algunos barrios. En este sentido, desde las empresas del sector turístico señalan a esta sobresaturación en ciertas zonas como uno de los problemas que rodean al turismo actualmente. Desde Pimec, Carlos Rabaneda, el presidente de Pimec Turismo, defiende trabajar por la sostenibilidad del turismo y un “reequilibrio territorial” del mismo, tanto dentro de Barcelona, en sus distritos, como en todo el territorio catalán. En este sentido, desde la patronal defienden la sostenibilidad del turismo entendida “como un término medioambiental, social y económico”. En cuanto a esta tarea señalan que Barcelona ha avanzado en el trabajo de “desestacionalizar” el turismo, y poder recibir visitantes a lo largo del año sin que estén concentrados en una temporada concreta, una misión que se debe extender al resto de Cataluña. 

Por otro lado, desde Pimec también apuntan a la importancia de un reequilibrio de los perfiles de visitantes que se captan en Cataluña. Por ello trabajan para incidir en segmentos y microsegmentos variados del turismo, como el gastronómico o el cultural, que sea más específico y “de más calidad”; un ámbito que sigue estudiándose para saber cuáles son los potenciales de Barcelona y Cataluña en el turismo en un futuro. A pesar de esto, dentro de estas propuestas la patronal catalana no contempla el decrecimiento como una posibilidad a trabajar: “Creo que no nos podemos permitir renunciar a hasta el 14% del PIB del país”, ha subrayado Rabaneda. En este sentido, Rabaneda defiende la “regulación y el orden” de las actividades turísticas, pero que sea “respetuoso con la realidad existente y la relevancia del sector”. Además, argumenta que estas propuestas de regulación para territorios más sobrecargados como puede ser Barcelona no deben extrapolarse a todo el territorio: “No se pueden hacer políticas para todo el territorio desde Barcelona”, añade. 

Algunos turistas descienden de un crucero en la playa de Tossa de Mar / ACN

El impacto del turismo

A pesar de esta falta de equilibrio con el turismo en todo el territorio, Rabaneda celebra la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat como una buena noticia. “Es una reivindicación que el país pedía y quería, y ayudará a dar más visibilidad a Barcelona como hub de entrada de mercados asiáticos para trabajar con ellos, más allá del turismo”, expresa Rabaneda. 

Mientras Cataluña se prepara para recibir negocios y visitantes de otros territorios, las cifras del sector turístico siguen aumentando y enredándose entre ellas. Rabaneda recuerda que Cataluña es una de las regiones de Europa con mayor carga turística, lo que apunta que “hay que repensar el modelo” -como también defienden desde la Asociación por el Decrecimiento-, pero al mismo tiempo este sector se encuentra con una relevancia económica de más de 100.000 empresas de turismo y 400.000 personas ocupadas. Las contradicciones en este debate también se trasladan al conjunto de la población. Según la última encuesta Ómnibus del Centro de Estudios de Opinión (CEO) que se ha publicado este 2025, un 75% de los catalanes cree que el impacto del turismo en la sociedad catalana es positivo o muy positivo; pero al mismo tiempo la mayoría de los encuestados, un 51%, cree que se está llegando al límite de la capacidad de visitantes mientras un 69% opina que se debe continuar fomentando el turismo. Un debate sobre el tejido económico y social de Barcelona y Cataluña que encuentra este domingo otro episodio sobre qué modelo de turismo se quiere encontrar en el futuro.

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