Aunque es pequeño y con solo 305 habitantes, según el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), podrás disfrutar de su ambiente medieval y lo tienes a pocos kilómetros de la Costa Brava.
Entre sus calles te sentirás como detenido en el tiempo. Esta localidad es uno de los lugares más encantadores y mejor conservados de la provincia de Girona. Podrás disfrutar de su entorno rural, su arquitectura de piedra y una historia marcada por una fuerte tradición agrícola que ha dado fama mundial a la región por el cultivo de las manzanas más deliciosas de Girona.
Tierra de manzanas, historia y tradiciones
El Empordà, junto con el Gironès y la Selva, conforma el triángulo frutícola de la provincia, y aquí las manzanas de Girona con Denominación de Origen Protegida (DOP) son un auténtico orgullo y tesoro local. En una sola mordida podrás sentir su sabor equilibrado, perfecto entre ácido y dulce, y una textura crujiente y jugosa.

Manzanas del Mediterráneo
Todo el sabor y calidad del fruto se atribuye al clima mediterráneo templado y al trabajo y saber hacer de generaciones y generaciones de agricultores que han creado esta delicia.
La combinación de la brisa marina, los vientos suaves del Pirineo y un campo labrado con esfuerzo y cariño crean las condiciones ideales para obtener estos frutos de calidad excepcional.
Es durante los meses de agosto a noviembre, cuando los manzanos tiñen los campos del Empordà con tonos dorados, verdes y rojizos que nos ofrecen un espectáculo para los sentidos. De lejos vemos un paisaje visual que anuncia la llegada del otoño y, adentrándonos por los caminos, podemos oler los manzanos.
Este paisaje tiene una belleza serena y es digno no solo de una postal, sino que está rodeado de infraestructura y servicios turísticos que lo han convertido en una de las estampas más admiradas de Girona y el lugar ideal para aquellos que buscan experiencias de vacaciones rurales auténticas.
Las manzanas de Girona, además de contar con DOP, han recibido otro reconocimiento: la Diputación de Girona les ha concedido el distintivo Girona Excel·lent, un sello que premia los mejores productos agroalimentarios del territorio y que ha consolidado la reputación de la provincia como referente en calidad gastronómica.
Palau-sator y su tesoro medieval

Palau-sator no es solo manzanas de sus campos frutales: es un rincón que nos invita a recorrer sus calles empedradas y su pequeño recinto amurallado, declarado Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Cataluña en el año 2017.
Lo mejor es comenzar por su entrada más pintoresca, la calle del Portal, que nos conduce al corazón del pueblo. Allí, la Torre de les Hores, de 20 metros de altura, domina el paisaje y aún conserva su imponente estructura defensiva medieval.
El antiguo castillo de Palau-sator es otra de las joyas históricas y arquitectónicas del pueblo. Sus orígenes se remontan al siglo X y también es un Bien Cultural de Interés Nacional. Puedes pasear por sus alrededores y ver las casas de piedra y los portales de arco que crean una atmósfera de cuento de hadas y es perfecta para perderse sin prisas. Si te gusta la fotografía, tendrás miles de ángulos y detalles para llevarte un buen recuerdo de tu paseo.
Además, puedes llegar caminando hasta la ermita de Sant Julià de Boada, que se encuentra a pocos kilómetros. Este recorrido no es muy largo y te conduce a uno de los templos prerrománicos más antiguos y mejor conservados de Cataluña. Sin duda, testimonio de la profunda huella histórica que dejó la Edad Media en esta comarca.

La gastronomía de una vida tranquila
Palau-sator también cuenta con una rica tradición gastronómica basada en productos de kilómetro cero. Es decir, todos sus platos se preparan con productos locales y de temporada que no solo favorecen a los agricultores, ganaderos y pescadores de la comarca, sino que no conllevan gastos de transporte ni combustible.
Esto favorece la economía local y circular, abarata los costos y disminuye la huella de carbono, además de dar resultados exquisitos por la frescura de los ingredientes.
En restaurantes como Mas Pou, Sa Torre o Can Bach, es posible saborear platos elaborados con ingredientes locales, y en muchos de ellos, las manzanas tienen un papel protagonista, tanto en recetas dulces como saladas.
Entre estos platos hay un amplio abanico que va desde ensaladas frescas hasta postres artesanales y chutneys caseros. Podemos afirmar sin equivocarnos que las manzanas de Girona han reinventado la cocina local con creatividad y autenticidad.

Como la economía del pueblo gira principalmente en torno a la agricultura, el turismo rural y la restauración son sectores que han sabido convivir en equilibrio y ofrecer trabajo a todos.
Muchos de los habitantes de Palau-sator trabajan en explotaciones agrícolas o en pequeñas empresas familiares dedicadas al turismo rural y a la gastronomía local.
De ahí que, si visitas el pueblo, encontrarás casas rurales para alojarte, talleres artesanales y rutas en bicicleta o a pie que conducen tanto a los núcleos urbanos e históricos como a los campos frutales. ¿Qué esperas para disfrutar de la calma y el aire puro del Empordà este otoño?