L'escapadeta
El pueblo de cuento en Cataluña que conquista a los amantes de la nieve: calles empedradas, techos de pizarra y vistas de ensueño

Puedes vivir esta temporada en este precioso pueblo catalán que te regala casitas mágicas, caminos que se abren paso entre las montañas y la posibilidad de practicar deportes de invierno.

Si eres de los que eligen disfrutar de la nieve para esquiar, por la tranquilidad blanca de sus paisajes, la naturaleza imponente y la posibilidad de vivir experiencias únicas, Salardú debe figurar entre tus proyectos de vacaciones de invierno.

No creerás lo cerca que estás de una escapada de invierno

Salardú está situado a tan solo cuatro kilómetros de Baqueira Beret, una de las estaciones de esquí más reconocidas de toda España. Para los que aman los deportes de invierno, los paisajes fríos y los pueblos bucólicos y tranquilos, es el lugar más adecuado para desconectar de la rutina.

Además, ofrece todas las comodidades que buscan los turistas sin perder la oportunidad de admirar la belleza de la montaña y participar en sus actividades.

Es la capital del municipio de Naut Aran y es una de las poblaciones más bonitas y emblemáticas junto con sus vecinos Arties, Bagergue, Garòs, Gessa, Montgarri, Tredòs y Unha.

La belleza del camino hacia sus casitas de piedra, los paisajes, su arquitectura tradicional, su gastronomía y su rica historia lo convierten en un destino perfecto tanto en invierno como en verano.

Pero en invierno hay muchas actividades de nieve que son el deleite de los más atrevidos, y si te gusta disfrutar de la comida típica, debes probar la Olha Aranesa, la Truhada, la trucha del Garona o el Civet de jabalí o de ciervo.

¡Sube a la máquina del tiempo!

Como ya te hemos dicho, no es una villa de cuentos de hadas. Existe y la puedes ver con tus propios ojos. Sin embargo, las calles empedradas y las casas antiguas que conservan la arquitectura ancestral con techos de pizarra le dan a Salardú un aire de fantasía que te transporta al pasado.

En su Plaza Mayor se levanta una fuente del siglo XVIII y es el centro del núcleo antiguo. Todo tiene un aire de magia y fantasía y está rodeado de edificaciones con ventanales del siglo XVII y detalles típicos del Pirineo.

La joya escondida

El verdadero tesoro del pueblo, desde el punto de vista de las edificaciones, es la Iglesia de San Andrés de Salardú, que data del siglo XII. En sus muros se combinan, debido al paso del tiempo y las restauraciones, elementos románicos y góticos.

Lo más imponente que verás es su campanario y la talla románica del Cristo conocida como la Santa Cruz. Ambos son del siglo XV y encarnan los símbolos espirituales y artísticos del valle.

El interior del templo guarda un tesoro, ya que alberga frescos renacentistas de cerca de 1540, considerados los más antiguos del Valle de Arán.

Asimismo, podrás maravillarte con un mural de 1584 que representa las Virtudes y escenas de la vida de San Andrés. Estas obras no tienen autoría confirmada.

No obstante, los estudiosos del arte aragonés y catalán las han atribuido muy posiblemente al taller de Joan de Borgunya o a pintores anónimos vinculados al que fue el círculo leridano del primer Renacimiento.

Además, han determinado que estas obras estuvieron influenciadas por el estilo de los fresquistas del Alto Aragón y la Ribagorza. Gracias a las restauraciones del siglo XX hoy las puedes admirar como auténticas joyas.

Saliendo del pueblo hay otro punto de interés: el Molí Era Mòla, que fue construido en el año 1613. Es de piedra, madera y pizarra. Lo realmente sorprendente es que conserva parte de su estructura original. Pero solo se puede visitar en verano.

Muy cerca del molino se encuentra el Refugio Rosta, que alberga el PyrenMuseu y está completamente dedicado a la historia del Pirineo. Allí podrás ver fotografías, mapas, documentos y objetos de los siglos XIX y XX.

Esquí y snowboard para los más atrevidos

Salardú se convierte en un punto estratégico para disfrutar del invierno en todo su esplendor gracias a Baqueira Beret y sus pistas de esquí alpino, snowboard o esquí de fondo.

Pero si quieres vivir una odisea de película debes probar el mushing o un viaje en los tradicionales trineos tirados por perros.

Si eres más moderno, puedes optar por hacer la ruta en motos de nieve hacia Montgarri o vivir la experiencia de caminar con raquetas por paisajes nevados. Tu cámara capturará las mejores postales del recuerdo para las redes sociales.

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