En el pequeño pueblo de Arbúcies, justo al pie del Montseny, es posible vivir esta experiencia sensorial que nos invita a reconectar con lo esencial, con la naturaleza, con la vida.
No se necesitan botas de montaña ni mochilas, solo la curiosidad de volver a tocar la tierra como algo primigenio. Se llama Camina Descalzo y nos promete algo que pocos recuerdan: caminar como lo hacíamos de niños, libres, sucios y felices y por menos de diez euros.
La Selva de l’Aventura: un bosque abierto a los sentidos
En Arbúcies cualquiera puede experimentar este recorrido. Allí el barro, el agua y las hojas se convierten en tus guías. Este sendero nos recuerda que la calma en medio de la naturaleza no se compra, sino que se pisa.
Camina Descalzo no va más allá de ser un programa turístico. Es más bien una experiencia sensorial para los turistas. Aunque suene solo a semántica, las diferencias son notables.
Se trata de una propuesta privada y ecológica que es parte de la oferta de turismo sostenible y de naturaleza de la zona y que puedes vivir dentro del parque La Selva de l’Aventura, en Arbúcies.
Te encontrarás con un espacio natural en plena comarca de la Selva y a solo un poco más de una hora de Barcelona. Su propuesta es sencilla, pero poderosa: solo tienes que quitarte los zapatos, dejar el móvil en la mochila y recorrer un circuito de un kilómetro y medio en el que cada tramo estimula un sentido diferente.

Todo pasa en el bosque
El recorrido comienza con el tacto. La planta del pie se convierte en la brújula y descubres texturas que habían quedado olvidadas desde que eras niño.
La frescura del barro, la suavidad de la arena, la aspereza de las cortezas y hojarasca o el cosquilleo fino del musgo.
Al principio los primeros en aceptar el reto son los niños que ríen. Mientras, los adultos dudan un segundo, pero pronto se dan cuenta de que para eso han venido y todos avanzan con la mirada en la infancia de antaño.
El olfato se estimula con el olor de tierra mojada, de frescura sin smog y la vista y el oído se recrean con el paisaje, el sonido del viento y el canto de los pájaros que prepara el gusto para la comida que vendrá después del paseo.
Un viaje bajo los árboles del Montseny
A lo largo del sendero, debes dejarte guiar por el bosque. En un tramo, el sonido de campanas y palos de lluvia acompaña tu caminata. Pequeños rincones perfumados con lavanda, romero o menta ayudan a despertar tu memoria con olores de hogar que relajan el cuerpo.
Aquí no hay prisa y cada parada invita a respirar profundo y disfrutar del presente. Al siguiente recodo.
El circuito termina en una zona de descanso con bancos de madera y hamacas orientadas que tienen vistas hacia el valle.
En este emplazamiento comprendes, por fin, el propósito del lugar: reconectarte con la tierra sin dispositivos, sin pantallas y sin horarios.
Una escapada para toda la familia
Esta experiencia está pensada para todas las edades. No hay ningún requisito mayor que desconectar del estrés y de la vida diaria.
Además, no exige condición física, ni edad, ni equipo especial. Solo necesitas un tiempo para alejarte de todo el mundo moderno y dejarte llevar por la naturaleza, sus aromas, paisajes y sonidos.
Los tramos son seguros, ya que el terreno solo tiene poco desnivel, el camino está señalizado y hay zonas con agua y sombra para refrescarte o hacer una parada si estás cansado o, simplemente, deseas contemplar tu alrededor.
Se recomienda, sin embargo, llevar una toalla y ropa cómoda. Todo el recorrido es para hacerlo descalzo y las chanclas solo se utilizan en los pasos húmedos.
Camina Descalzo cuesta entre 6 y 8 euros por persona y su recorrido dura alrededor de una hora y media.
Este lugar es ideal para visitarlo en familia, en pareja o solo. El acceso es sencillo. Debes tomar la C‑25 en la salida 202 y llegarás en pocos minutos al centro de Arbúcies. Allí sabrás cómo llegar a este paraíso.
