L'escapadeta
La excursión por los Pirineos catalanes de la que todos hablan y que no te puedes perder: pasea entre bosques frondosos, cascadas y paredes de piedra

Hay caminos que no solo te llevan de un punto a otro, sino que te transforman durante el trayecto. Caminos que te hacen detenerte, respirar profundamente y preguntarte si lo que estás viendo es real o solo una proyección de un sueño.

Un camino con alma propia

Hay quien habla de él como un ritual iniciático. Otros, como de un lugar sagrado donde el tiempo parece suspenderse. Sea como sea, esta excursión se ha convertido en una especie de mito entre los amantes del senderismo y la naturaleza.

El camino comienza de forma discreta, atravesando un pequeño pueblo pirenaico con fachadas de piedra y tejados oscuros. El aire ya llega más fresco, y los primeros pasos dejan atrás la rutina. Poco a poco, el ruido de la civilización desaparece, y la naturaleza toma protagonismo.

Caminas entre robles y abedules. El suelo, en algunos tramos empedrado, recuerda tiempos antiguos. En cada curva, el bosque parece respirar. El agua de fuentes y arroyos acompaña la marcha como una banda sonora suave y constante.

El camino viejo: Puentes antiguos y leyendas entre las rocas

No tardarás mucho en encontrarte con las primeras masías solitarias y alguna fuente escondida entre los árboles. Uno de estos puntos emblemáticos es la fuente de la Ruira, que ofrece una pausa fresca antes de continuar hacia el pedregal de Corbell, un tramo más rocoso pero igualmente cautivador.

El pont de Cremal
El pont de Cremal

Y entonces llega uno de los primeros grandes momentos del recorrido: el pont de Cremal. Con origen románico y reconstruido en épocas posteriores, este puente parece sacado de un cuento medieval. Es fácil imaginar caballos y peregrinos cruzándolo en silencio, bajo el eco eterno de las montañas.

Poco después, el camino se sincroniza con el río Núria. Es aquí donde el agua se convierte en protagonista. No solo por su presencia constante, sino por su expresión más salvaje: las cascadas.

Cascadas como pintadas a mano

El Salt del Sastre y la Cua de Cavall son solo dos de las caídas de agua que te dejarán sin aliento. Verlas después de la subida, con la brisa fresca salpicándote la cara, es un premio que cuesta explicar con palabras.

Y es en estos momentos, rodeado de verdor, roca húmeda y murmullos naturales, cuando sientes que esta excursión no es solo un trayecto. Es una experiencia completa. Una inmersión sensorial.

La Vall de Núria: la recompensa final

Después de un último tramo, un poco más exigente, un mirador natural te ofrece la vista que todos esperan y recuerdan. La Vall de Núria aparece de repente, como si alguien hubiera corrido una cortina. Es una aparición que siempre sorprende, por más veces que la hayas visto.

Al fondo, destaca el Santuari de Núria, junto a un estanque tranquilo y edificios que, a pesar de ser recientes, respetan la armonía del paisaje. También hay una pequeña ermita, la de Sant Gil, que recuerda el origen espiritual del lugar.

Santuari de Núria
Santuari de Núria

Aquí puedes detenerte, comer, descansar o incluso quedarte a dormir. Hay restaurantes, una tienda, una oficina de información y un hotel para aquellos que quieran prolongar la magia.

Volver a casa, de otra manera

Para los que aún tienen energías, se puede desandar el camino y disfrutarlo desde una nueva perspectiva. Pero si el cuerpo ya pide calma, el tren cremallera es la opción perfecta. Tardarás poco en regresar a Queralbs, pero el recuerdo del trayecto te durará mucho más tiempo.

El tren serpentea por las mismas montañas que acabas de recorrer a pie, pero visto desde la ventana, el paisaje toma otro ritmo. Más contemplativo. Más cinematográfico.

Detalles técnicos para planificar la ruta

El Camí Vell de Queralbs a Núria es un itinerario lineal clásico del senderismo catalán que nos permite descubrir el encanto del valle de Núria a pie, siguiendo el trazado tradicional desde el pueblo de Queralbs hasta el santuari. Se trata de una caminata de 7,2 km con un desnivel positivo acumulado de 932 metros y negativo de 152 metros, que se completa en unas 3 horas y 45 minutos de marcha efectiva.

La ruta transcurre por la vertiente occidental del Ripollès, bordeando el río Núria y cruzando puntos de interés como la cueva de Sant Pau, el pont de Cremal, el Salt del Sastre y la Cua de Cavall, entre otros. Finalmente, se llega al Pla de la Creu d’en Riba, desde donde el descenso hasta el santuari es suave y panorámico.

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La dificultad general es moderada, sin tramos técnicos destacables. Se puede hacer todo el año, aunque en invierno hay que estar atentos al riesgo de avalanchas y, si es necesario, llevar raquetas o crampones. Hay fuentes naturales en el camino, como la de la Ruira y la de Sant Gil, pero se recomienda llevar 1,5 litros de agua por persona. Se puede regresar a Queralbs por el mismo camino o con el tren cremallera, que sale del mismo santuari.

El inicio de la ruta es fácilmente accesible tanto en coche como en transporte público. Desde Ribes de Freser, donde llega la línea R3 de Rodalies Renfe, se hace transbordo a la línea del tren cremallera, que para en Queralbs, punto de salida de la excursión.

Esta ruta, considerada por muchos como la cuna del excursionismo catalán, ha sido emblemática desde el siglo XIX tanto por su belleza como por su simbolismo cultural y espiritual. Y continúa siendo, hoy en día, una de las más queridas por aquellos que buscan caminar con alma por las montañas de nuestro país.

Una ruta que deja huella

No todos llegan a hacerla, pero quien la hace, vuelve. Y no solo para repetirla, sino porque la comparte, la recomienda y habla de ella con pasión. No es solo un camino. Es una vivencia.

Por eso se dice que es la excursión de la que todos hablan. Porque, una vez pones los pies en ella, entiendes que hay lugares que te cuentan cosas sin decir nada. Y que te cambian, aunque sea un poco.

¿Y tú, ya la has hecho?

Si aún no has descubierto este rincón de los Pirineos, quizás ha llegado el momento. Lleva buen calzado, algo de comida, agua y muchas ganas de dejarte sorprender. ¿Te atreves? Compártelo con quien quieras. Pero sobre todo, vívelo.

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