El gigante de las ventas en línea busca reforzar sus plantillas de empleados de cara a las operaciones para las temporadas de Black Friday y Navidad.
Sin embargo, detrás de este discurso de oportunidad y crecimiento, es posible que se esconda una paradoja inquietante… En estas líneas te explicamos lo que no cuadra…
Contratación hoy vs. automatización mañana
Amazon, esta misma compañía que anuncia miles de vacantes temporales, también es foco de atención porque está impulsando, a escala global, un proceso acelerado nunca visto antes de robotización.
Esta política, que reducirá drásticamente su dependencia de trabajadores humanos, está prevista para ser implementada en la próxima década.
Aun así, el anuncio de Amazon en Cataluña ha sido recibido con entusiasmo porque creará más fuentes de empleo, que, indefectiblemente, dinamizarán la economía local y suponen, al mismo tiempo, una promesa de continuidad. Cabe decir que, en esta provincia, la empresa ya cuenta con casi 2.000 trabajadores en este centro.
¿Qué dicen los documentos filtrados por The New York Times?
Paralelamente al inminente crecimiento de las operaciones de Amazon en Cataluña, los documentos internos de la multinacional que han sido filtrados a The New York Times revelan una realidad muy diferente.
Se cree que el gigante del comercio electrónico planea automatizar hasta un 75% de sus tareas logísticas. Sí, tres cuartas partes de sus funciones estarán a cargo de robots.
Esto significa que Amazon prescindirá de aproximadamente unos 600.000 empleados en los próximos diez años.
Detallando esta información, Amazon proyecta eliminar 160.000 puestos de trabajo antes de 2027. Esta es una cifra que refleja el verdadero costo humano en su búsqueda de eficiencia.
Con esto, la empresa calcula que el ajuste realizado generará un ahorro de unos 30 centavos de dólar por artículo almacenado y entregado, lo que se traduce en unos 1.600 millones de dólares en un plazo de dos años.
Todo esto hace ver las nuevas contrataciones más como un movimiento coyuntural para afrontar los picos de consumo del Black Friday y Navidad que como una expansión del empleo verdaderamente estable.
¿Y cómo queda el progreso?
Amazon sostiene, a pesar de la avalancha de críticas, que la automatización no destruye empleo, sino que lo transforma, al igual que lo hacen todos los desarrollos en una sociedad.
Argumenta, además, que el uso de robots y sistemas diversos de inteligencia artificial y automatización abre puertas a trabajos más técnicos y mejor remunerados.
Pero plantea el dilema de qué lugar laboral ocupará la mano de obra que, por un motivo u otro, no se ha podido preparar profesional y técnicamente, y que son el soporte económico de muchos hogares. Es aquí donde la opinión de expertos contradice este optimismo.
Tecnologías y su impacto en la economía
El economista Daron Acemoglu, Premio Nobel de Economía en 2024, advierte que la compañía podría ser un “destructor neto de empleo”, ya que su “desarrollo” arrastraría a toda la industria del almacenamiento, distribución y logística de compras en línea.
El razonamiento detrás de esta afirmación es simple: cuando Amazon automatiza, no solo cambia su modelo interno, también impone un nuevo estándar competitivo (cada vez más global). Entonces, otras empresas acabarán imitándolo para no quedarse atrás.
De hecho, esta realidad ya planea sobre FedEx, UPS y DHL en Occidente y JD.com, Alibaba en China.
También afecta no solo a los distribuidores de paquetería, sino al retail y supermercados (Target, Costco, Carrefour, Tesco) e incluso al sector automovilístico (Tesla, BMW, Ford y Toyota), bancos, servicios financieros y call centers (JPMorgan, Bank of America y BBVA, AT&T y Vodafone) y comercio y restauración de conveniencia (McDonald’s, KFC, Domino’s y 7-Eleven).
El resultado, según el Nobel de Economía, sería un mercado laboral cada vez más polarizado, donde unos pocos trabajadores calificados ganen más, mientras cientos de miles pierden o perderán sus puestos de trabajo o se verán relegados a empleos con salarios precarios y/o temporales.
Reputación, discurso y manipulación semántica
Amazon parece ser plenamente consciente del riesgo para su reputación a raíz de esta transformación.
Esto es comprensible, porque en el documento filtrado por el NYT, la empresa planea evitar términos como “automatización” o “inteligencia artificial” y los quiere sustituir por expresiones más amigables como “cobot”, aludiendo a un robot que “colabora con humanos”.
Este giro semántico forma parte de una estrategia para suavizar la percepción pública y mantener la imagen de “empresa ciudadana responsable”.
La empresa que se contradice a sí misma
El caso de Amazon refleja el dilema de la economía digital. Estamos ante una empresa que promete empleo y, paralelamente, invierte miles de millones para sustituir el trabajo humano.
En España, evita dar cifras sobre el impacto real, pero continúa contratando para las campañas de fin de año.
Esto, por supuesto, crea una ilusión de estabilidad. Su discurso habla de progreso y eficiencia, pero supone un costo humano enorme.
Corresponde a gobiernos, sindicatos y consumidores exigir transparencia y un desarrollo que no confunda las máquinas con el verdadero progreso social.
