Veu del Consumidor
Lidl triunfa recuperando un dulce tradicional que muchos recuerdan de su infancia: ideal para desayunar y cuesta menos de lo que imaginas

La cadena alemana ha sorprendido con una versión recién horneada de los tradicionales fartons. Esponjosos, dulces y económicos, se han convertido en un fenómeno en las redes sociales y vuelan de las estanterías. Su textura ligera y el precio competitivo (menos de 40 céntimos) los han transformado en la nueva obsesión de los desayunos y meriendas.

El retorno de un clásico de la infancia

En la Comunidad Valenciana, pocas cosas evocan tanto el verano como una buena horchata fría y un fartón recién hecho. Este dulce alargado, ligero y cubierto con una fina capa de azúcar, se convirtió en el compañero inseparable de esta bebida típica. Su función era clara: mojarlo, absorber la horchata y disfrutarlo sin ningún remordimiento.

Durante muchos años, los fartons fueron una joya local, casi exclusiva de las horchaterías valencianas. Sin embargo, con el tiempo, su consumo se fue extendiendo por todo el país, y hoy ya no es extraño encontrarlos en desayunos familiares, meriendas con amigos o celebraciones de verano en cualquier rincón.

Ahora, Lidl ha decidido democratizar aún más su consumo, lanzando una versión accesible, recién horneada y con ese sabor de siempre que tanto engancha.

Lidl conquista con fartons recién hechos

La llegada de los fartons a las panaderías de Lidl no ha pasado desapercibida. Por solo 0,35 € la unidad, se han ganado rápidamente el corazón (y el apetito) de miles de consumidores. Cada pieza pesa unos 40 gramos, presenta una textura esponjosa y está ligeramente cubierta de azúcar glas, que le da ese aspecto brillante tan característico que invita a probarlo.

Las redes sociales, como TikTok, han amplificado su popularidad. Los usuarios comparten vídeos donde se muestra cómo desaparecen de las estanterías tan pronto como se reponen. En algunos clips se puede leer: “Novedades del supermercado Lidl – sección bollería”, mientras los fartons se agotan en segundos. Esta viralidad ha impulsado aún más el fenómeno.

Pero no es solo su precio asequible lo que atrae. También hay un componente emocional: muchos los recuerdan de su infancia. Como explica una usuaria en las redes: “Mi abuela siempre los calentaba unos segundos en el horno para que quedaran más tiernos”.

Opciones deliciosas para disfrutarlos

Aunque la combinación clásica siempre será horchata + fartón, la verdad es que estos dulces se adaptan a muchos momentos y gustos diferentes.

  • Desayunos rápidos: Perfectos para acompañar un café con leche, un batido o incluso un jugo natural. En solo unos segundos, puedes tener una opción dulce, económica y reconfortante.
  • Meriendas de otoño: A medida que baja la temperatura, muchos consumidores optan por combinarlos con jugo de naranja natural, leche caliente o fruta fresca. Es una manera de compensar un capricho con algo más nutritivo.
  • Toque especial: Muchos recomiendan calentarlos unos 10–15 segundos en el microondas o un par de minutos en el horno. Esto realza su esponjosidad y los hace aún más apetitosos. Una usuaria comparte con cariño: “Mi abuela siempre los calentaba unos segundos en el horno para recuperarlos y comérselos solos o con un poco de chocolate”.

Su versatilidad forma parte de su encanto. Tanto si es para desayunar, merendar o de postre, estos fartons pueden acompañar casi cualquier bebida o momento del día.

Por qué triunfan en ventas (y en recuerdos)

El éxito de los fartons en Lidl no es solo una cuestión de precio. Va mucho más allá. Es una historia de memoria colectiva, de sabores que conectan generaciones, de recetas sencillas que nos recuerdan tiempos más tranquilos.

Lidl ha sabido detectar una tendencia: el valor de lo nostálgico en la alimentación. En un mundo lleno de snacks ultraprocesados y opciones modernas, algo tan básico como un fartón recién hecho puede generar una ola de entusiasmo inesperada. Su textura ligera, el dulzor moderado y el maridaje perfecto con horchata han hecho que este producto conquiste tanto a grandes como a pequeños.

Además, al ofrecerlo a un precio competitivo, ha conseguido algo clave: hacerlo accesible para todos. Ya no es necesario ir a una horchatería tradicional para disfrutar de un fartón auténtico. Ahora basta con acercarse al Lidl más cercano.

El sabor que vuelve para quedarse

Detrás de un dulce aparentemente simple, hay una historia de tradición, familia y redescubrimiento. Los fartons de Lidl no solo triunfan por su precio o sabor, sino por la memoria que activan.

¿Tú también creciste mojando fartons en la horchata? Cuéntanos cómo los disfrutas hoy o si ya has probado esta nueva versión de Lidl. A veces, solo hace falta un bocado para volver a casa.

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