Alemania ha confirmado que su economía entra en recesión. Según los datos de evolución del producto interior bruto publicadas por la Oficina Federal de Estadística (Destatis) del principal mercado europeo, el país encadena dos trimestres consecutivos con moderadas contracciones. En concreto, cerró el 2022 con una caída trimestral del conjunto de su economía de un 0,5%, y registra a finales del mes de marzo una caída del 0,3%. «Después de que el crecimiento del PIB entrara en territorios negativos a finales del 202, la economía alemana registra ahora dos trimestres negativos consecutivos», ha confirmado la presidenta de Destatis Ruth Brand.
Alemania, así, es la peor economía de las principales de la Zona Euro en los últimos trimestres. Berlín pierde así terreno en comparación con la evolución del PIB español, italiano y francés, que sostienen un crecimiento por debajo del 1%. También destaca negativamente junto a competidores internacionales como los Estados Unidos, que cerró el primer trimestre con una aceleración del conjunto de la economía durante el primer trimestre. Según Destatis, el grande àncora del entorno productivo y de consumo alemán entre enero y el marzo ha sido la inflación -que no ha estado capaz de controlar como otros estados miembros-, que ha provocado un hundimiento del 1,2% en el gasto de los hogares.
Menos compras
La alimentación, como ya es tendencia a Europa, ha sido lo principal disruptor del gasto privado en Alemania. Alimentos y bebidas lideran el retroceso de la inversión de las familias al país, acompañados por la ropa y el calzado, que también mantienen precios muy elevados. En cuanto a bienes industriales, el potente mercado automovilístico alemán se ha visto fuertemente golpeado por la reducción -cuando no retirada- de algunas de las subvenciones y ayudas para la compra de vehículos eléctricos y híbridos. Así, la caída del gasto final al país registra una caída del 4,9% a finales de marzo si se compara con el último periodo del 2022.
Desde Destatis centran el mal rendimiento del mercado interior del país a la crisis de precios, en cuanto que no hay un retroceso importante de los ingresos de los consumidores finales. De hecho, el mercado laboral alemán permanece fuerte durante el primer trimestre, con un crecimiento interanual de la fuerza de trabajo del 1% interanual, hasta los más de 45,6 millones de trabajadores. Aun así, indica el instituto nacional, la productividad laboral global madriguera un 1% en comparación con el anterior trimestre, mientras que la productividad por trabajador se contrae un 1,1%.
La inversión no nota la crisis
En un sentido contrario al del consumo, las inversiones en capital cierran el trimestre al alza. La formación de capital fijo al sector de la construcción se ha disparado entre enero y el marzo cerca de un 4%, mientras que la dedicación a maquinaria y capital fijo industrial acelera por encima del 3% en los primeros tres meses del año. Además, el mercado exterior se sostiene por sí mismo, con un crecimiento de las exportaciones del 0,4%. La crisis de precios, eso sí, ha limitado las compras internacionales: El frenazo de importaciones de combustibles como el petróleo y sus derivados, así como las correspondientes al sector químico, hacen caer el montante total en cerca de un 1%.
