L'escapadeta
Este es el restaurante más antiguo de Girona: 130 años de historia y un xuixo legendario

Casa Marieta ha sido testigo de guerras, cambios sociales y generaciones de comensales. Hoy, continúa ofreciendo cocina tradicional en un entorno lleno de memoria.

Desde 1892, este restaurante situado en la Plaza de la Independencia ha alimentado a locales y viajeros. Conserva el espíritu de casa de comidas catalana, con platos que evocan la cocina de las abuelas. Entrar en Casa Marieta es también entrar en una cápsula del tiempo: una fusión entre sabor, memoria y raíces.

Un rincón con memoria en el corazón de Girona

Casa Marieta nació a finales del siglo XIX como una fonda humilde. En sus orígenes tuvo otros nombres —Bar Trol, Can Bartrol o Ca la Bartrola— hasta que María Vinyoles, conocida como “Marieta”, adquirió el negocio en el año 1901 y le dio su identidad definitiva.

Su ubicación, en el corazón de Girona, le ha permitido vivir la historia de la ciudad en primera línea: desde épocas de conflicto hasta la consolidación turística. Lo que lo hace especial no es solo su longevidad, sino haber mantenido la esencia a pesar de los cambios.

Platos con historia y tradición catalana

La carta de Casa Marieta es un homenaje a la cocina catalana de siempre. El suquet de pescado, el pato con peras, el cordero al horno o las albóndigas con sepia son platos que conectan con la memoria gustativa de muchos hogares.

Todo se cocina con producto fresco de mercado, sin artificios. Recetas que han pasado de generación en generación, manteniendo la autenticidad como señal de identidad.

Con una capacidad para cerca de 150 comensales, sigue siendo un punto de encuentro habitual de familias, grupos y visitantes que buscan una experiencia gastronómica con valor histórico.

La estética de lo antiguo: piedra, forja y vitrales

El local conserva una estética única: paredes de piedra, madera antigua, detalles en hierro forjado y utensilios de cocina tradicionales. Un espacio que habla sin necesidad de palabras.

Uno de los rincones más especiales es la Carbonera, una antigua zona de carbón reconvertida en comedor, con vitrales artesanales que narran el ciclo del vino —de la viña a la bodega y a la copa. Un ambiente que transforma la comida en una experiencia sensorial completa.

Un xuixo como emblema local

El xuixo es quizás el dulce más icónico de Girona: hojaldre frito, relleno de crema y cubierto de azúcar. Aunque no es exclusivo de Casa Marieta, forma parte de su carta como símbolo del territorio.

Comer uno aquí tiene un significado especial: conecta con los recuerdos de infancia, las fiestas mayores y las tardes de domingo. Es un gesto de arraigo y, al mismo tiempo, una pequeña celebración del pasado.

Casa Marieta hoy: tradición viva en el siglo XXI

A pesar de su carácter histórico, el restaurante ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. La carta está disponible en varios idiomas y ofrecen servicio para llevar, manteniendo la calidad y el respeto por la tradición.

Es un miembro reconocido del Círculo de Restaurantes Centenarios de España, y participa en rutas gastronómicas como el “picnic Casa Marieta”, que une patrimonio, turismo y cocina local.

Hoy, más que nunca, representa una manera de hacer y de vivir la restauración que resiste a la prisa y a la pérdida de identidad.

Donde el tiempo se sienta a la mesa

En un mundo donde todo cambia rápidamente, Casa Marieta nos recuerda que hay lugares donde el tiempo se detiene para escuchar, para recordar, para saborear.
¿Qué espacios quedan donde cada plato cuenta una historia?
Si pasas por Girona, no dudes en sentarte a la mesa.
Y si ya lo has hecho, compártelo. Porque preservar la memoria también es contarla.

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